La Bolsa española cerró ayer con una subida del 4,41% después de superar un problema técnico que llevó al operador bursátil a suspender la cotización durante casi cinco horas. El principal indicador de la Bolsa española, el Íbex 35, reconquistó los 7.000 puntos por primera vez desde el 4 de julio.

El selectivo terminó la jornada exactamente en 7.054 puntos, con un desplome anual del 17,66%, después de haber permanecido interrumpido durante casi cinco horas por un problema en el Sistema de Interconexión Bursátil (SIBE), uno de los mayores registrados por la Bolsa española desde su informatización en 1989.

El operador de la Bolsa, Bolsas y Mercados Españoles (BME), suspendió a las 10:05 horas la cotización de las cuatro plazas nacionales -Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao-, que no volvieron a marcar precios hasta las 14:50 horas, tras un periodo de subasta de casi cuatro horas.

Al cierre de la sesión, la rentabilidad del bono español a diez años bajó hasta el 6,74%, lo que relajó la prima de riesgo -que mide el interés adicional que piden los inversores por comprar deuda nacional en lugar de alemana- hasta los 534 puntos básicos, 9 menos que la víspera.

Con el euro al alza y Wall Street en positivo, todas las grandes plazas europeas terminaron en positivo: Milán subió un 1,54 %; París, un 0,81%; Fráncfort, un 0,77%, y Londres, un 0,37%.

En la sesión de ayer destacó el avance de Repsol (9,27%), mientras que solo tres valores terminaron en negativo: Caixabank, Técnicas Reunidas y Grifols.

Caixabank lideró las pérdidas de las empresas del Íbex (-3,29%) perjudicada por el impacto negativo del comienzo de cotización de 233 millones de nuevas acciones emitidas para absorber a Banca Cívica, en la que estaban integradas CajaCanarias, Caja Navarra, Cajasol y Caja de Burgos. Caixabank concluyó recientemente la ampliación de capital del 6% para atender al canje de fusión con Banca Cívica -cinco títulos de la entidad catalana por ocho de Banca Cívica-.

Según los analistas, el optimismo bursátil de ayer está relacionado con la confianza del mercado en que el Banco Central Europeo (BCE) utilice los fondos de rescate para aliviar la presión sobre la deuda soberana, a pesar de que eso implicaría una petición expresa de ayuda.

El equipo de estrategia de Self Bank señaló que el mercado ya asume que se va a producir esa petición, al igual que el presidente de Renta 4, Juan Carlos Ureta, quien asegura que la "idea de un rescate no convencional" para España ha empezado a instalarse "como una expectativa bastante probable para el otoño".

Los analistas de Barclays confían en que las palabras del presidente del BCE, Mario Draghi, al no descartar la intervención, han dado a la deuda de los países periféricos "un poco de tiempo" para recuperarse, aunque advierten de un repunte en la prima de riesgo si se pide la ayuda y hay "resistencia" a los recortes.

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