Las 40.000 viviendas nuevas que copan el mercado inmobiliario de las Islas tardarán unos cuatro años en venderse, según los cálculos de la sociedad de tasación Tinsa, que considera que, durante ese tiempo, aún habrá margen para que los precios sigan bajando.

Antes de participar, ayer, en una jornada informativa organizada en la Cámara de Comercio de Santa Cruz de Tenerife por la Federación Provincial de Entidades de la Construcción (Fepeco), la delegada en Canarias de Tinsa, Isabel Loro, indicó que el ritmo de ventas actual, de entre ocho y 11 casas por cada 1.000 habitantes, pospone hasta 2015 la absorción del "stock" inmobiliario del Archipiélago.

Tinsa utiliza datos del Ministerio de Fomento, que, cabe recordar, se refiere solo a inmuebles de nueva construcción y no computa las viviendas de segunda mano.

Según Fomento, la mayoría del "stock" se halla en la provincia tinerfeña, en torno a 23.400 casas. Además, este remanente tiene una reducción más lenta, a la vista de la progresión registrada en 2010, cuando se incrementó un 0,2%, al tiempo que el de Las Palmas se reducía más de un 6%. Loro hizo hincapié en que las dos provincias isleñas tienen "realidades empresariales distintas".

Además, advirtió de que el "stock" podría engordar por la puesta a la venta de los inmuebles adquiridos por empresarios hasta 2007 para materializar dotaciones a la Reserva para Inversiones en Canarias (RIC). Como esas viviendas, principalmente destinadas a alquiler, deben estar cinco años en manos de quien las adquirió, hasta 2013 podrían salir al mercado.

En el tiempo que se tardará en eliminar la mayor parte del "stock" autonómico de casas podría haber nuevas bajadas de los precios, según el director de Grandes Cuentas de Tinsa, Fernando Montero, que recordó que la tasadora estima que la vivienda se ha abaratado de media un 20% en el Archipiélago durante la crisis.

De todas formas, advirtió de que este ajuste en precios es "dinámico" y dependerá de variables como la evolución del empleo. El "suelo" del mercado, explicó, llegará "cuando las opciones de quien necesita comprar financiado y los interese de promotores y financiadores se equilibren".

Por su parte, la vicepresidenta de Fepeco, Ángeles Palmero, señaló que los constructores tinerfeños están "muy preocupados" por la evolución del sector y criticó que las entidades financieras "no colaboren con la apertura del crédito" para facilitar la compra de vivienda a quien la demanda.

"Deben tener un criterio de prudencia, pero no se puede sistemáticamente abandonar un sector que ha dado mucho que ganar a la banca y a la sociedad", dijo Palmero, que lamentó que "se venda" que la construcción ha sido la "culpable" de la crisis.

Añadió, además, que la banca ejerce una "competencia desleal" cuando vende su propio parque inmobiliario, que se le "impone" al cliente que acude en busca de un crédito para comprar casa.

Asimismo, la también vicepresidenta de la Cámara provincial puso en valor que el sector genera empleo, "que es lo que hace falta", y tiene un importante efecto de arrastre sobre otras actividades.