El vicepresidente de la CEOE y presidente de la patronal madrileña CEIM, Arturo Fernández, espera que el Gobierno no apruebe una reforma de la negociación colectiva "light" porque el mercado de trabajo necesita cambios, que incluyan un contrato único con una indemnización de 20 días.

Fernández insistió a la prensa, tras acudir a un debate sobre las oportunidades de negocio empresariales que existen entre España y EEUU, que la patronal "no puede admitir" en estos momentos una reforma laboral débil y urgió al Ejecutivo a que incorpore elementos "imprescindibles", como la no renovación automática de los convenios cuando expiren (la llamada ultraactividad).

El presidente de CEIM negó que los empresarios "en absoluto" hayan cambiado su postura tras las elecciones del 22 de mayo y dijo que si la presentación del nuevo documento de la patronal se retrasó algunos días fue "probablemente por causas de redacción".

"El panorama político ha cambiado de color, pero esto no tuvo nada que ver en las negociaciones entre empresarios y sindicatos", aseveró, tras señalar que "no hay que politizar" este diálogo.

Fernández indicó que si la negociación colectiva se ha roto es porque "había buena música, pero faltaba la letra" y "esos flecos al final rompieron las negociaciones".

Insistió en que dentro de la patronal no hay fisuras ni divisiones y dijo que el presidente de la CEOE, Juan Rosell, tiene "sin duda, todo el apoyo" de CEIM y de todas las patronales españolas, y "el resto son bulos que no hay que hacer caso".

"Apoyamos totalmente a Juan Rosell. Ha negociado durante tres meses y ha trabajado personalmente con los sindicatos. Es nuestro presidente y estamos con él", puntualizó.

Reiteró que es "lógico" que los empresarios pidan el decaimiento de los convenios y una contratación diferente, ya que -dijo- existen 44 tipos de contratos distintos y hay 11 millones de contratos temporales y el mercado laboral necesita un "plan Renove".

Por ello, reconoció que durante las negociaciones la patronal puso sobre la mesa un contrato único que conllevara una indemnización de 20 días por año trabajado, "que parece una buena opción", igual que señaló la urgencia por resolver el "tremendo" absentismo, ya que, según datos de los empresarios, 1,2 millones de trabajadores no acuden diariamente a su puesto laboral.

"Son todos pequeños escollos", dijo, tras confiar en que la reforma que apruebe el próximo día 10 el Consejo de Ministro sea para que "nadie salga mal parado".

Fernández pidió al Gobierno que "seleccione" y "coja" las mejores partes de la negociación entre los agentes sociales para crear empleo y dar flexibilidad al mercado.

"No podemos seguir con leyes del franquismo y los sindicatos deben darse cuenta de que esto es urgente y necesario y espero que el Gobierno legisle como es debido", apostilló.