El fabricante de aviones estadounidense Boeing anunció hoy que planea despedir a unos 1.100 trabajadores hasta 2012 como consecuencia de la disminución de la producción de sus aviones C-17.

"Ésta ha sido una decisión muy difícil de tomar, de eso no hay duda", dijo hoy en un comunicado de la compañía el encargado de la producción de ese modelo de aeronaves, Bob Ciesla.

La aeronáutica estadounidense, con sede en Everett (Washington), ya había informado en febrero de 2010 de que la fabricación de aviones C-17 se vería reducida de quince a diez aparatos anuales.

En 2010 manufacturó sólo 14 de esos modelos, mientras que este año esa cifra disminuirá a 13.

"Reducir el número de C-17 que entregamos cada año -y hacerlo con menos trabajadores- nos permitirá mantener esta línea de aviones en pie más allá de 2012 y proteger empleos" añadió Ciesla.

El mayor impacto de esta reducción de plantilla lo sufrirá la planta de montaje de Boeing en Long Beach (California), donde se producirán unos 900 de los 1.100 despidos que la compañía planea llevar a cabo hasta el año que viene en Estados Unidos.

Los otros 200 puestos de trabajo se recortarán de las plantas de la aeronáutica en Macon (Georgia), Mesa (Arizona) y San Luis (Misuri), aunque la compañía afirma que tratará de reubicar a los trabajadores en otras instalaciones.

Según afirma el comunicado, la producción de C-17 da empleo a más de 25.000 personas en 44 estados del país y produce unos ingresos anuales de unos 5.800 millones de dólares para la compañía.

Esta noticia llega tan solo dos días después de que Boeing anunciase que las primeras entregas de su nuevo avión "Dreamliner 787" se retrasarán al tercer trimestre de este año debido a una interrupción de dos meses de sus vuelos de prueba.

Hacia la media sesión en la Bolsa de Valores de Nueva York las acciones de la compañía se dejaban el 1,03% de su valor y cotizaban a 70,99 por título, mientras que en el último año se han revalorizado el 17,96%.