El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, reconoció hoy que los dirigentes europeos se vieron "un poco abrumados" por la crisis de la zona euro, durante la presentación de un informe que repasa la acción de esta institución comunitaria durante de 2010.

"Todos nos vimos un poco superados por los acontecimientos y por resultados inesperados", dijo Van Rompuy, en referencia a la crisis de la deuda soberana de algunos países, que forzó a crear un fondo de rescate en la zona euro.

Según Van Rompuy, "nadie se dio cuenta de que un problema en un país" afectaría a toda la región; y "nadie esperó" que el tamaño de la respuesta adoptada por Europa, el fondo de rescate, sería cuestionado a los pocos meses de su creación.

El fondo de rescate de los países de la zona euro cuenta los 440.000 millones de euros teóricos, aunque en la práctica sólo dispone de 250.000 millones por las sobregarantías que exigen las agencias de calificación para conceder la nota más alta (AAA).

Esta situación ha motivado un debate en el seno de la UE para permitir que los 440.000 millones estén plenamente disponibles y también sobre el calendario idóneo para tomar esta decisión.

La Comisión Europea ha solicitado a los Estados que aprueben este aumento en la cumbre extraordinaria del 4 de febrero, mientras que Francia y Alemania creen que no existe urgencia y consideran que el momento de hacerlo será el Consejo Europeo del 24 y 25 de marzo, junto con un paquete global de iniciativas contra la crisis de la deuda, incluida la exigencia de mayores ajustes en los países.

"Los tiempos son clave en política y la impaciencia no es parte de mi carácter", dijo Van Rompuy hoy, tras lo cual explicó que no tiene sentido llevar el asunto a la agenda de la cumbre de febrero si no se va a llegar a un acuerdo.

Sin embargo, añadió que "no hay que subestimar" a la Unión Europea. "Si se necesita hacer más, lo haremos", insistió.