Los ministros de Economía de la Unión Europea han alcanzado este martes un acuerdo político para realizar antes del verano una nueva ronda de test de estrés a los bancos "más rigurosos" y "más creíbles", que examinará por primera vez las dificultades de los bancos para obtener liquidez de los mercados, según ha informado el comisario de Servicios Financieros, Michel Barnier.

Barnier ha explicado que "se tendrá en cuenta la liquidez" porque "una crisis de liquidez es un factor de riesgo para un banco" y por ello este criterio debe examinarse "seriamente". No obstante, ha precisado que los detalles técnicos de cómo se evaluará la liquidez deben todavía pactarse en las próximas semanas.

También se tendrá en cuenta la exposición de los bancos a la deuda pública de los países de la eurozona y se irá "más lejos" que en las pruebas de 2010, cuando se examinó sólo la cartera de negociación. Barnier ha reclamado una "aplicación uniforme" de las pruebas para evitar diferencias entre países y ha abogado por una "transparencia total de todos los resultados" para reforzar la credibilidad.

Finalmente, el comisario de Servicios Financieros ha pedido una "respuesta creíble" cuando se publiquen los resultados, de manera que si se detectan problemas se inyecte capital en los bancos afectados y se reestructuren.

Los Veintisiete ya realizaron una ronda de pruebas de estrés en 2010, en la que sólo suspendieron 7 de las 91 horas examinadas: 5 grupos de cajas españolas, un banco alemán y un banco griego. Los dos bancos irlandeses que participaron -Bank of Ireland y Allied Irish Bank- aprobaron. Solo dos meses después, Dublín admitió que sus bancos necesitaban 50.000 millones de euros, lo que ha agravado la crisis de deuda y precipitado su rescate por parte de la UE y del Fondo Monetario Internacional.

Por ello, el Ejecutivo comunitario había propuesto que en la nueva ronda de test de estrés se incluyera la liquidez. Con este criterio, no habría aprobado ninguno de los bancos irlandeses, según Bruselas, porque dependían enteramente de la financiación del Banco Central Europeo (BCE). También las entidades españolas han recurrido en los último meses de forma abundante al BCE por las dificultades para lograr financiación privada.

En todo caso, la metodología para la nueva ronda de pruebas todavía debe ser consensuada durante las próximas semanas con el BCE, la nueva Autoridad Bancaria Europea, que coordinará los test, y el Consejo Europeo de Riesgos Sistémicos, explicaron las fuentes consultadas. Se prevé que las pruebas comiencen en marzo y que los resultados se publiquen antes del verano.

La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Economía y Hacienda, Elena Salgado, ha asegurado que no le consta el acuerdo para aplicar el criterio de liquidez en las pruebas de estrés. En todo caso, se ha mostrado convencida de que las cajas españolas pasarán el examen porque ya estarán recapitalizadas y habrán completado su reestructuración.

"Por tanto, no tiene por qué pasar lo mismo que pasó la otra vez, que haya algunas cajas que no superen el examen. Yo creo que en ese momento, las cajas españolas llegarán en excelentes condiciones porque habrán avanzado en ese proceso de reestructuración operativa y por lo tanto previsiblemente en la disminución de costes", ha sostenido la vicepresidenta económica.

Salgado ha resaltado que las estimaciones de que las cajas españolas necesitan entre 30.000 y 80.000 millones de euros adicionales que manejan algunos analistas "no tienen ningún fundamento" ni "credibilidad", pero ha evitado dar su propia cifra. "Nuestra primera estimación estaría muy lejos de esa cifra", se ha limitado a decir.