Los ministros de Finanzas de la Unión Europea (Ecofin) aprobaron ayer el llamado "semestre europeo", una de las medidas destinadas a evitar futuras crisis, que permitirá que Bruselas evalúe los presupuestos nacionales antes de que sean aprobados en cada país.

Esta revisión del código de conducta del Pacto de Estabilidad y Crecimiento permitirá que se vigilen las políticas presupuestarias de cada Estado miembro para detectar "inconsistencias y desequilibrios emergentes" con mayor antelación de la prevista hasta ahora, según la nota de prensa difundida tras la decisión.

La reforma obligará a los gobiernos a enviar a Bruselas sus proyectos presupuestarios para el siguiente ejercicio en la segunda quincena de abril de cada año, con el objetivo de que las instituciones puedan evaluarlos y hacer sugerencias antes de que su aprobación dificulte cualquier cambio.

Cada ciclo de monitorización del semestre europeo, que se pondrá en marcha en la primavera de 2011, comenzará en marzo de cada año, cuando el Consejo Europeo identificará los "principales desafíos económicos" de cada país a partir de una evaluación del Ejecutivo comunitario y dará "consejos estratégicos" sobre sus políticas presupuestarias.

Los estados miembros tendrán abril para revisar sus estrategias presupuestarias a medio plazo y, al mismo tiempo, redactar programas nacionales de reformas que expongan las acciones que tomarán en áreas como el empleo o la inclusión social, explica el comunicado.

Durante junio y julio, los socios europeos aportarán consejos sobre las políticas de cada Estado antes de que éstos cierren sus presupuestos para el año siguiente.

El semestre europeo es una de las primeras iniciativas planteadas por el grupo especial de trabajo encargado de perfilar la reforma de la disciplina presupuestaria común y la coordinación entre las políticas económicas de los Veintisiete para evitar la repetición de una nueva crisis del euro.

España, satisfecha

Además, el Ecofin aprobó ayer la creación, a partir del 1 de enero de 2011, de un sistema de alerta que detecte riesgos para la economía y tres nuevas autoridades comunitarias de supervisión (bancaria, bursátil y de seguros) para mejorar la coordinación entre los supervisores nacionales.

La ministra española del área, Elena Salgado, hizo una "valoración positiva" del acuerdo y destacó que el pasado semestre, de Presidencia española, fue "clave" en las negociaciones.

Por su parte, el comisario responsable de Servicios Financieros, Michel Barnier, también se felicitó por la "buena noticia" del respaldo del Ecofin y reclamó a la Eurocámara que ratifique también el acuerdo el próximo día 22.

Por otro lado, Salgado situó "en la banda baja" de la Unión Europea (UE) la recaudación que España podría lograr si introdujera una nueva tasa bancaria para evitar que sea el contribuyente el que financie el coste de futuras crisis.

Según datos de la Comisión Europea, España podría recaudar entre 490 y 1.905 millones de euros anuales mediante un gravamen sobre la actividad financiera, una cantidad que ascendería hasta los 26.200 millones en el conjunto de la UE.

Tasa a la banca

La también vicepresidenta segunda del Gobierno explicó que, en el caso español, habría que descontar del impuesto la contribución que las entidades españolas ya realizan a la resolución de crisis.

"Yo creo que nosotros estaríamos siempre en la banda baja, dado que habría que descontar lo que ya es el fondo de garantía de depósitos, y nuestras entidades no son las que más utilizan otro tipo de pasivos distintos de los depósitos", dijo Salgado antes de participar en la reunión del Ecofin celebrada en Bruselas.

Además, anunció que si España crea finalmente una tasa a los bancos porque así lo aprueba la UE, sus ingresos se destinarán a financiar los presupuestos y no a constituir un fondo de resolución para liquidar a entidades con problemas, como propone la Comisión.

Los responsables de Economía de los Veintisiete han expresado una "opinión favorable" a la creación de esta tasa, pero no han establecido un consenso sobre la base imponible para la misma ni sobre el destino que debe darse a la recaudación que se logre.

Alemania, por ejemplo, tiene previsto constituir un fondo de resolución, mientras que Francia y Reino Unido la dedicarán a sus presupuestos nacionales.