El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, admitió ayer que no es fácil que la reforma de las pensiones cuente con el apoyo de los sindicatos, pero confió en que sí tenga el respaldo del PP, porque al país le interesa que en esa reforma esté el principal partido de la oposición.

En un encuentro con los periodistas en Tokio, Zapatero insistió en que su intención es que el proyecto de ley esté listo para finales de año. Pero dejó claro que hasta que no esté ese documento con las líneas generales de la reforma consensuadas en el Congreso, el Ejecutivo no concretará el periodo de cotización mínimo para calcular el pago de las pensiones.

Propuesta "razonable"

Zapatero insistió así en que no está decidido elevar los actuales 15 años a 20, una cifra que el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, ya calificó de "razonable". El objetivo del Gobierno es intentar incorporar en el proyecto de ley la mayor parte posible del informe parlamentario del Pacto de Toledo, y Zapatero recalcó que espera un esfuerzo responsable por parte del PP para garantizar que las pensiones de dentro de dos décadas sean dignas. El presidente, que insistió en que la reforma es imprescindible, reconoció la dificultad de que cuente con el apoyo de los sindicatos, porque éstos están obligados a defender sus intereses.

En otros asuntos, en la rueda de prensa celebrada en Tokio, Zapatero calificó de "exitosas" las últimas subastas de bonos realizadas por el Tesoro y dijo que el precio de los títulos de renta fija permitirá "cubrir nuestras necesidades financieras".