El Fondo Monetario Internacional (FMI) elevó hoy hasta el 4,6 por ciento su pronóstico de crecimiento mundial para 2010, pero redujo en un 30 por ciento su pronóstico de crecimiento de España para 2011, hasta el 0,6 por ciento, la mitad de lo que augura el Gobierno.

La nueva cifra mundial del organismo supera en cuatro décimas el cálculo de abril, y mantiene sin cambios su previsión para 2011, en el 4,3 por ciento.

Un grupo de expertos del FMI, liderado por el consejero financiero español José Viñals y el francés Olivier Blanchard, consejero económico, se reunió en Hong Kong, en un guiño hacia Asia, para dar a conocer la actualización de los pronósticos de crecimiento mundial y del análisis del sistema financiero desde la región que lidera actualmente la recuperación mundial.

Según el organismo, los países emergentes y economías en desarrollo -Asia y América Latina- crecerán este año medio punto porcentual más que lo anticipado. El que se lleva la palma es Brasil, al que el FMI aumentó el crecimiento previsto en 1,6 puntos porcentuales, hasta el 7,1 por ciento este año.

China superará el 10 por ciento durante el actual ejercicio e India se quedará en ciernes de las dos cifras.

El FMI vislumbra una recuperación a dos marchas, con los países ricos avanzando a un ritmo "modesto" y los mercados emergentes acelerados. Asia, seguida por América Latina, encabezan la recuperación mundial.

La gran incógnita que pesa sobre la recuperación mundial, según la institución con sede en Washington, es Europa, y, concretamente, la deuda soberana europea.

Viñals insistió en la necesidad de devolver la confianza y estabilidad a los mercados, sin asfixiar la recuperación.

Según el experto, una medida concreta como la publicación del "test de solvencia" de los bancos en Europa es un paso importante, pero insuficiente si no se anuncian al mismo tiempo "las medidas que se tomarán para aquellos bancos que no pasen el test (de modo que cada vez que haya un problema también haya una solución preparada), tal y como se hizo en EEUU".

Otros riesgos a los que se enfrenta el mundo, siempre según el FMI, son una reducción de la demanda debida a unos planes de ajuste fiscal "excesivamente profundos o mal diseñados", y el agravamiento del sector inmobiliario de EEUU, que aún no da señales claras de levantar la cabeza.

El FMI mantuvo su previsión de crecimiento de un 1% en la zona euro para este año, aunque lo redujo en dos décimas para 2011, hasta el 1,3%.

Para España dejó sin cambios su cálculo para este año y redujo en tres décimas su previsión de crecimiento para 2011, hasta el 0,6%; Reino Unido lideró no obstante la previsión a la baja en 2011, con un crecimiento del 2,1% (cuatro décimas por debajo de la previsión de abril).

Viñals subrayó la necesidad del paquete fiscal español.

"Es una medida necesaria para estabilizar la confianza, y sin ese paquete fiscal, sin la necesaria reducción del déficit público, lo que habría es un impacto muy desfavorable en la confianza, en la situación de los mercados, y eso es algo que sería muy pernicioso para el crecimiento económico. Avanzar en la dirección de reducir el déficit público es absolutamente importante en el caso de España", agregó.

América Latina, según la entidad, crecerá un 4,8 por ciento este año, gracias al empuje de Brasil, una cifra que supone un aumento de ocho décimas de su cálculo de abril; al tiempo que no tocó la estimativa para 2011, situada en el 4%.

México, la segunda mayor economía de la región, crecerá un 4,5% este año y un 4,4 el siguiente, después de que el FMI elevara su previsión en dos décimas entre los dos años, y América del Sur se beneficiará del aumento reciente de sus vínculos comerciales con Asia.

Dado el fuerte repunte en los países emergentes, el FMI les aconsejó acabar ya con las políticas de estímulo, pues existe el riesgo de un calentamiento excesivo de las economías de algunos de ellos.