UNA DE LAS MÁS divulgadas definiciones de las relaciones públicas (RR.PP.) es: "hacer las cosas bien, y hacerlas saber". Difícil, ¿no?

Allá por aquellos memorables años setenta del pasado siglo, tuvimos la suerte de pertenecer el Centro Español de Relaciones Públicas -el célebre y recordado CENERP-, donde aprendimos mucho de lo que hemos después practicado en nuestra vida, y desde donde creamos, con todas las dificultades del mundo, sendas escuelas de relaciones públicas en las dos capitales de Canarias.

En esos recordados tiempos fueron muchos los foros, conferencias, seminarios y actos sociales a los que acudimos en la capital de España y otras ciudades de la geografía española, de la mano de dos de sus más afamados dirigentes de la citada asociación, el tinerfeño querido y llorado amigo, José Ángel Castro Fariñas, y el también célebre hombre de las relaciones públicas Fernando Lozano, a quien todavía nos parece estar viendo con sus revistas debajo del brazo, repartiendo saludos y sonrisas entre todos sus amigos, recorriendo los pasillos de hotel Meliá Madrid, o del Meliá Castilla, junto al no menos célebre Manolo Coronado, por aquellos tiempos un alto dirigente de las empresas Meliá y del propio Centro Español de Relaciones Públicas.

Fue mucho lo que aprendimos desde aquel entonces sobre el valor de la comunicación como un medio eficaz para posicionarnos en nuestra labor profesional, siempre con ese lema por delante: "Hacer las cosas bien y hacerlas saber". Todo lo contrario de quienes, precisamente por hacer lo contrario, viven ocultando sus miserias, escondiéndose donde encuentran cualquier agujero… mal poniéndose una corbata sin apenas saber hacerse el nudo… luciendo un modelito de París y una falsa sonrisa estereotipada creyendo que con ello ocultan sus ruindades e infidelidades… o haciendo desaparecer empresas e instituciones prestigiosas con sus robos, pensando sólo en sus beneficios personales. Increíblemente son quienes más abundan.

Viene todo esto a cuento porque nuestro ilustre querido amigo el licenciado Bolívar Troncoso Morales, presidente actual de la Confederación Panamericana de Escuelas de Hotelería, Gastronomía y Turismo (CONPEHT), nos acaba de hacer un llamado a todos los componentes de esta singular y prestigiosa asociación para que hagamos llegar las noticias de nuestras realidades a los máximos dirigentes de los entes académicos involucrados en nuestra actividad.

Con toda la razón del mundo, el amigo Bolívar "pone el dedo en la llaga" en un tema de la mayor trascendencia, como es el dar a conocer la labor impagable que toda un larga serie de personajes -con las naturales excepciones de todo regla- han realizado, realizan y seguirán realizando en pro de la formación académica-profesional en el mundo del turismo americano.

Es de recibo comentar que desde hace ya algunos años venimos destacando en artículos y reportajes de prensa la inmensa labor de la CONPEHT y de sus componentes, en especial de quienes han tenido a su cargo las labores directivas, con mayor o menor acierto, artículos y reportajes que dan la vuelta al mundo - y la siguen dando - a través de la red, donde están colgados en varias páginas web, lo que supone un permanente recuerdo de pasadas actuaciones, logros y proyectos de nuestra CONPEHT.

Parece entonces oportuno que insistamos en la recomendación del presidente Bolívar, en la necesidad evidente de expandir nuestra actividad al conocimiento de las máximas autoridades académicas del sector, así como a las autoridades políticas -en especial del mundo del turismo en nuestros respectivos países-, que necesariamente deben conocer, apoyar y estimular al máximo, cuanto sea promover, perfeccionar y alentar la labor que se está haciendo en la formación del personal que va a estar, o ya lo está haciendo, desempeñando sus funciones profesionales en el sector turístico, fuente de riqueza, erradicador de la pobreza, cosa que no debemos nunca olvidar, como bien nos indica la Organización Mundial del Turismo.

Nuestra comunicación debe estar centrada en eso: hacer las cosas bien, y hacerlas saber. Es por ello que siempre abordaremos aquellos capítulos que se hacen llamativos por poner sobre el tapete las realidades que nos fortalecen desde un punto de vista estrictamente lógico, referidas a la "calidad total", que tiene que ser la meta a seguir para conseguir nuestros loables postulados.

Estamos ante un tema al que tenemos que hacerle un seguimiento permanente, con el meritorio propósito de que la historia de la asociación se siga escribiendo con letras de molde, basadas en las realidades que todos sus miembros deben aportar, siguiendo esas sabias recomendaciones que desde su presidencia hace el Lcdo. Bolívar Troncoso, y cuyas intenciones no son otras que seguir por la senda que se ha marcado la CONPEHT, prestigiando el valor de sus instituciones, la labor que se realiza en las mismas y el conocimiento que se expande hacia una sociedad donde la formación académico-profesional es la única manera de posicionarse en el campo de la competitividad, como se está demostrando en el mundo entero.

El trabajo que se realiza desde todos los centros de formación de la CONPEHT tiene que ser divulgado con formalidad y adecuadamente, dirigido hacia el gran mundo de la política, la empresa y los entes sociales de todos los países del mundo, con el único propósito de que sea considerado, y valorado en toda su extensión: "hacer las cosas bien y hacerlas saber". También puede servir de estímulo para otros.