Conferencia de José Fernando Cabrera con los Hidalgos de Nivaria

TENEMOS ante nosotros dos interesantes documentos dignos del mejor análisis, todo ello dentro del conocimiento que tenemos del tema, algo nacido de nuestra dedicación durante decenas de años a estudiar el desarrollo del turismo en todo el ámbito mundial, pero con una muy especial atención a Canarias, campo en el que hemos actuado desde el sector de las enseñanzas turísticas desde el año 1965 -creemos que con el más singular de los éxitos-, además de ampliar nuestra gestión participando en los más significativos acontecimientos relacionados con el turismo en las Islas, tal como se recuerdan en los congresos de los Skal Clubs y el primero de la FUAAV, sin género de dudas los pilares fundamentales del desarrollo del turismo en Canarias. A los hechos nos remitimos.

Ante la difícil y complicada situación actual del sector -y con ello de todos los habitantes del archipiélago- nos viene al recuerdo los esfuerzos y la dedicación que se prestaba al turismo en aquellas lejanas épocas, donde durante algunos años tuvimos instaladas nuestra actividades en la oficina de turismo que existía en la calle Agustín de Bethencourt, en Puerto de la Cruz, lugar al que asistíamos todas las tardes, y que era el mentidero del desarrollo turístico en la ciudad número uno del turismo en Canarias, una de las primeras de España y de Europa, envidiada por propios y extraños por las excelencias de sus servicios, la calidad y el trato afable de sus gentes, y los lugares tradicionalmente típicos que ostentaba por todos lados el pequeño pueblo, donde la plaza del Charco ponía su nota sublime con las recordadas tertulias del Bar Dinámico, punto de encuentro que era alabado y reconocido por los más ilustres visitantes.

Manolito Rojas, jefe de esa oficina de turismo que nombramos, llevaba una pequeña agenda donde anotaba, uno por uno, los turistas que entraban en aquella oficina para recabar información. Hoy dos ingleses, mañana una finlandesa, pasado cuatro alemanes? Así concluía su informe para pasarlo mensualmente a las oficinas de turismo que tenía el Cabildo Insular de Tenerife. Eran nuestras estadísticas del turismo receptivo.

Juan Sanjuán -propietario de la Residencia Plaza, en la misma plaza del Charco- tenía otra agenda en la cual anotaba cuando venían los touroperadores para reservar sus plazas hoteleras, ya que él era el presidente del Sindicato Empresarial de Hostelería, y ese era uno de los cometidos que él mismo se impuso. Es hoy una añoranza recordar aquellos contratos que comentábamos muchas veces en los cuales los operadores adelantaban una cantidad económica -a veces muy importante- para garantizar sus plazas hoteleras, las cuales, en muchas ocasiones, fueron sobrevendidas dando lugar a no pocos conflictos. ¡Qué tiempos aquellos!

Todos estos recuerdos se nos agolparon en la mente ante la seria, documentada y breve conferencia que José Fernando Cabrera, presidente de la Asociación Hotelera y Extrahotelera de Tenerife, La Palma, La Gomera y El Hierro (Ashotel) hiciera días pasados, ante los Hidalgos de Nivaria en el Real Club Náutico de Santa Cruz de Tenerife.

Comenzó Cabrera realizando unos pasajes por los inicios del turismo en Tenerife, donde, como es natural, rememoró este Puerto de la Cruz que comentamos, para pasar a explicar con gráficos detallados la situación actual a la que hemos llegado por falta de una adecuada planificación y un ordenamiento capaz de desarrollar adecuadamente el sector con las garantías suficientes.

Destacó la importancia de la planta hotelera que existe en la actualidad, insistiendo en que es una inversión realizada que está ahí, que sólo hace falta la adecuada gestión para hacerla productiva, algo que ve con desencanto cómo no se está haciendo en los términos necesarios, ni en la forma ni en los lugares precisos, para obtener los mejores resultados.

Ofreció Cabrera una visión del escenario del mercado turístico donde están los futuros clientes potenciales para Canarias, indicando que hoy en día no se hace nada por consolidar mercados tan importantes como son los de Francia e Italia, que por sus características especiales deberían ser seguidos muy de cerca por la comunidad canaria, unidos al mercado español, importante sector que sería suficiente para generar el turismo necesario para que en nuestras Islas siguiéramos disfrutando de un turismo posible, sin atender a quiméricas promociones a lugares que por su lejanía de las Islas y su cercanía a otros destinos emergentes están haciendo estériles los gastos que se están invirtiendo para generar un turismo difícilmente posible para Canarias.

Concluyó de forma clara y precisa en que lo que hace falta son líneas aéreas directas con Italia y Francia y un justo tratamiento para el turismo peninsular, concediendo los mismos descuentos a los residentes peninsulares que los que se hacen a los canarios para visitar la Península.

Unas consideraciones y reflexiones que no tienen desperdicio y que están basadas fundamentalmente en los casi cincuenta millones de franceses e italianos que viajan al año desde estos países al extranjero, así como esos millones de españoles que nos visitan anualmente, los cuales se podrían multiplicar al menos por dos, solamente con aplicarles las tarifas que actualmente se aplican a los residentes en el Archipiélago.

En uno de los documentos que indicábamos en nuestras primeras líneas de este artículo, José Fernando Cabrera nos comenta hoy su relativa sorpresa por algunas de las medidas que se dice se implementarán para superar la llamada crisis económica, tomadas en el pasado Consejo de Ministros celebrado días pasados en Las Palmas, en las cuales no ve ninguna que pueda hacer posible la regeneración del sector. Nosotros, no es que no las encontremos, es que, haciendo una comparación con la Hoja de Ruta que la Organización Mundial del Turismo acaba de aprobar en su XVIII Asamblea General, celebrada hace unos días en Astana (Kazajstán), nos encontramos con una serie de incongruencias que nos afianzan más en la presunción que tenemos de que el tema irá cada vez a peor.

Se siguen concediendo licencias para nuevos establecimientos hoteleros, cuando la mitad de los existentes, en Tenerife solamente, están sobrando. No se está concediendo ningún crédito a fondo perdido para regenerar la planta hotelera y extrahotelera existente. No se está trabajando para instalar esas rutas aéreas necesarias con Italia y Francia, para canalizar sus corrientes turísticas hacia las Islas. El tema de las tarifas aéreas para los peninsulares parece estancado y sin ninguna solución? ¿Para qué nombrar el deterioro de nuestras señas de identidad?

Podemos presumir -y Cabrera lo puso claramente de manifiesto- de una de las mejores y más variadas plantas hoteleras del mundo? Ahora lo que hace falta es canalizar los recursos para traer a los turistas a disfrutar de ellas? Atenderlos debidamente y dejarnos de comisiones, planes de x x x, y demás monsergas pueblerinas de supuestas acciones promocionales, etc., etc., etc. Todo un galimatías que nos ha conducido precisamente al lugar donde nos encontramos. Que se lo cuenten a otros.

* Del Grupo de Expertos de

la Organización Mundial del Turismo de las Naciones Unidas