La Sección Primera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha dado comienzo este lunes al juicio al expresidente del Fútbol Club Barcelona Sandro Rosell, su mujer y otros tres amigos y parientes, con 45 minutos de retraso respecto de la hora señalada, las 10 de la mañana, pero, cuando no se habían terminado de dirimir las cuestiones previas, el tribunal ha suspendido la sesión por problemas técnicos.

Rosell afronta una petición de pena de 11 años de prisión y 59 millones de euros de multa acusado de liderar una organización criminal que acabo blanqueando más de 19,9 millones de euros del que fue presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) entre 1989 y 2012, Ricardo Terra Teixeira.

Junto a él y frente a un tribunal presidido por la magistrada Concepción Espejel, se sientan su socio Joan Besolí -que al igual que Rosell está en prisión preventiva desde mayo de 2017--, el cuñado de éste, Antonio Ramos; su amigo personal José Colomer, y su presunto testaferro, Sahe Ohanessian, todos ellos acusados por la Fiscalía como integrantes de "una estructura estable" que desde al menos 2006, se dedicó "al lavado de capitales a gran escala".

El juicio ha comenzado con 45 minutos de retraso y al cabo de otros diez, se ha suspendido por problemas de sonido ya que el público que asistía a la vista dentro de la sala no conseguía escuchar la intervención de Pau Molins, uno de los abogados de Rosell, cuando argumentaba la necesidad de que fuese tenido en consideración como prueba un informe elaborado por un catedrático brasileño sobre la tipificación del delito de blanqueo en aquel país. El fiscal, José Javier Polo, rechaza este extremo.