José Naranjo atraviesa sus horas más bajas en la Isla. Suplente el pasado sábado, duró sobre el césped de Carranza solo diecisiete minutos. Los que tardó en ver las dos amarillas que le obligaron a emprender el camino al vestuario de forma precipitada. Venía, tras perder su puesto en el once con Montañés, de desperdiciar otra oportunidad en la visita del Córdoba al Heliodoro. Como el resto del equipo, rindió a un nivel por debajo de lo deseado. Pero pagó delante del aficionado las expectativas puestas en su fichaje.

"La expulsión es un reflejo de lo que está viviendo. Es producto de la ansiedad, de la presión. La situación le puede, le supera. Ahora mismo no está", reconoció José Luis Oltra a la conclusión del encuentro en Cádiz. El propio técnico le protegió a su llegada del mal arranque de temporada relegándolo al banquillo. Cinco jornadas estuvo fuera del once, quedándose incluso sin minutos contra el Lugo. "Ha de recuperar su mejor versión", se limitó a exponer entonces el técnico.

Advertía Manolo Martínez por entonces del "tiempo para adaptarse" que necesitaría el jugador, al que "nadie le discute las cualidades". Su representante trató de barnizar el asunto de normalidad. "Es una situación que se le puede presentar a cualquier jugador que llega a un sitio con unas expectativas tan altas como las que generó su fichaje", expuso Rafa Barber quien propuso dedicar algo más de atención al futbolista franquicia del proyecto insular 18/19: "Hay jugadores que necesitan más cariño", consideró.

Las ausencias devolvieron la titularidad a Naranjo ante el Osasuna en una posición distinta a la de extremo izquierdo. Actuó como delantero junto a Malbasic y, pese a la derrota, apareció más y hasta dispuso de una clara ocasión de gol. Llegó entonces su mejor momento, con dos goles en los dos siguientes encuentros (Rayo Majadahonda y Sporting). Pero su progresión quedó cortada de raíz al ver una evitable quinta tarjeta amarilla que le dejó sin derbi. "Le pedí que intentara evitar las acciones innecesarias. En esa jugada él entendió que tenía que hacer lo que hizo y ya está. Se perderá un gran partido", dijo Oltra aquella noche.

Marcado por esa acción, el jugador onubense empezó mal el 2019. De hecho, ha alternado titularidad y suplencia desde la llegada de los nuevos refuerzos. Alejado del área por el cambio al 4-2-3-1, su cuenta se paró en los cuatro goles y tres asistencias que ya llevaba en diciembre. No obstante, sigue liderando en ambas facetas dentro de la plantilla blanquiazul. Los números, exiguos pero mejores que los de sus compañeros, tampoco valen como argumento a sus críticos más feroces.

Alertado por la discreta actuación de su representado ante el Córdoba, Barber le visitó la pasada semana. Naranjo saltó al campo en Cádiz a los 63 minutos. Su equipo ya perdía 1-0. Acelerado, vio la primera amarilla por protestar una acción. "En el descanso avisé que Vicandi es uno de los árbitros con más expulsiones por dos amarillas, y Naranjo escuchó la charla. Eso quiere decir que no está", señaló el entrenador del Tenerife.

Las redes sociales fueron un hervidero el pasado sábado. Pese a la mala actuación general y la "desaparición" de jugadores destacados hace no muchas semanas, Dani Hernández y el propio Naranjo fueron las dianas de la hinchada. La suplencia, multas y hasta su salida del club se pidieron con insistencia. De nada sirvieron las palabras de Oltra: "A la gente le pediría que no se cebe con él. Hay que recuperarlo entre todos. Los principales, los del club. Es mi función y soy el responsable". La semana de descanso lo será también de reflexión para el atacante andaluz. "Tengo que hacer que resetee, se reordene y dé un paso al frente", completó.

Naranjo, que llegó al Tenerife después de una complejísima operación con el Genk belga, firmó por cuatro campañas después de pagar 400.000 euros por el 50 por ciento del pase del futbolista. Esto dificultará su salida, si es que procede, en verano. De hecho, ya se descartó tal posibilidad en enero. Pero además, el propio futbolista sigue empeñado en triunfar en la Isla, lo que supone "un reto muy bonito a nivel profesional".

Sin embargo, los últimos acontecimientos no ayudan. Hace varios meses ya cerró su cuenta en twitter después de recibir un aluvión de críticas. El pasado sábado, camino de la guagua al salir de Carranza, fue señalado por varios aficionados que se había desplazado hasta tierras gaditanas. Y, por si fuera poco, el Frente Blanquiazul emitió un comunicado en el que pedía que el jugador no dispusiera de un solo minuto más vistiendo la camiseta del Tenerife. "Te sobran ceros y te falta profesionalidad", criticaban.

El futuro de José Naranjo pasa, sin duda, por sus botas. Pero mucho más por cómo sea capaz de gestionar esta situación, tanto él como su entrenador y el propio club. Su aportación debería ayudar a salir de la situación actual y su reaparición ya tiene fecha: 10 de marzo a las 17:00 horas, en el Heliodoro, contra el Numancia.