El Barça Lassa se quedó una final memorable en el WiZink Center ante su eterno rival, un Real Madrid que cedió por segundo año seguido en la lucha por la Copa del Rey en un clásico lleno de drama hasta el último segundo de la prórroga de cinco minutos.

Los de Svetislav Pesic repitieron la historia de Las Palmas de Gran Canaria, en una final épica, que fue por barrios hasta verse perdida y ganada por ambos en varias ocasiones. El Madrid recordó su sed de venganza tras el descanso y lanzó su juego para ponerse 17 arriba. Contra la lona, el Barça demostró que la semilla que plantó Pesic quiere crecer. Un 1-17 fue el regreso a pista culé en el último parcial.

Los catalanes tuvieron la final en su mano después de un festival de triples y un paso al frente de Thomas Heurtel (22 puntos). El francés tuvo un final apoteósico, pero Pesic tiró mucho de Pangos, clave toda la semana. Enfrente, Facu Campazzo se propuso frenar a los dos y Llull fue el elegido para el tiro que forzó la prórroga. El tiempo extra tampoco fue apto para cardiacos. El Barça volvió a coger la sartén por el mango (87-92), pero otra vez se rebeló el Madrid.

Un triple de Randolph dio paso a otra jugada muestra del gusto por la historia de repetirse. El esloveno trabó con el codo a Singleton en su carrera y los árbitros no pitaron, como no lo hicieron el año pasado en el palo de Claver a Taylor. Carroll firmó entonces un dos más uno que, a falta de cuatro segundos, ponía al Madrid uno arriba. Ante Tomic, el más odiado por casi todo el Palacio, en el día de su cumpleaños, firmó la canasta ganadora que necesitó del "instant replay".

El tapón ilegal de Randolph no valió y con un segundo Llull dio en el aro desde su campo a la desesperada. Una secuencia dramática que repitió el título en azulgrana de 2011 en la capital. El Barça se quedó la quinta Copa de la última década, como las que lleva el Madrid. Diez años de clásicos que la era Laso coloreó de blanco y que la de Pesic ahora devuelve prestigio a la Ciudad Condal.

Pareció que ambos daban por hecho un partido largo cuando en el primer cuarto firmaron tregua. Facu y Pangos dieron un buen aperitivo al Palacio, en un tú a tú que el canadiense con pasaporte llevó por delante para el Barça. El argentino no supo hacer entrar en calor al resto del equipo (7-14), pero la final siguió en tierra de nadie hasta el segundo cuarto.

Rudy y Hanga sumaron otro pique al partido, banderas de las defensas al límite, y el Madrid comenzó a marcar la diferencia en el interior. El húngaro se atrevió también con Tavares y el gigante blanco se picó haciendo suyos los aros. La esquinita de Randolph no funcionó (16-23), pero Llull entró a la final con dos triples para dar al Madrid su primera ventaja (27-25). Tavares llevó a las dudas al ataque culé, exigido por no chocar.

Ayón y Reyes sumaron más madera. En el Barça, Pangos volvía a mejorar a Heurtel para llegar igualados al descanso (35-35). La reanudación fue a los de Pesic a quienes pilló fríos. Las piernas y manos calientes de Facu, cinco puntos seguidos de Causeur y dos triples de un Randolph dispuesto a llegar a tiempo de aportar en la Copa pusieron al Madrid con medio pie en el podio (52-41).

El Barça parecía encomendado a Pangos, sufriendo el vendaval de un equipo mucho más hecho que el que quiso nacer hace un año con Pesic en Gran Canaria. El Madrid se acordó entonces de aquella final y no tuvo piedad. Los de Laso mordieron en defensa y en ataque, mientras el rival atendía helado a un parcial de 25-11 que parecía romper la final (60-46).

Algo sin duda sembró Pesic en la capital canaria, que el Barça reaccionó, metiendo triples uno tras otro hasta un tremendo parcial de 1-17. En especial Heurtel irrumpió para dar al Barça otro faro al que aferrarse. Laso metió a Campazzo para cortar esa luz y el partido volvió a sus inicios, con el argentino batallando con Pangos. El cuadro culé mandaba, pero el Madrid seguía peleando, sin que entraran los triples.

Desde la línea de personal, Facu falló, pero también lo hizo Claver. La pizarra de Laso señaló a Llull y este no falló. El Barça, en otra muestra de la madurez que parece haber alcanzado, no se descompuso y mantuvo el intercambio. Randolph sujetó al Madrid y frenó a Singleton, en otro duelo particular, con el codo en su cara. Pesic no cambió la decisión de los árbitros, pero el "instant replay" ratificó después la canasta triunfal de Tomic.