Al final de los 95 minutos de ayer en el Carlos Tartiere queda la impresión de que el Tenerife regresó a su triste realidad tras una ilusionante semana de refuerzos. Una cosa es este equipo y otra lo que se pretende que llegue a ser. La derrota sufrida ayer es justa y hasta se puede estimar que algo corta. El Oviedo, sin alardes, pero luchando cada balón como si fuera una final, fue mejor antes de marcar su gol y luego en la segunda parte y generó situaciones en el área de Dani Hernández para hacer algún tanto más, frente a un Tenerife que solo disparó una vez entre los tres palos. Los blanquiazules, ayer de negro, manejaron el partido en los diez minutos finales del primer tiempo. Luego se evaporaron.

El gol que terminó decidiendo el partido fue el fruto de la iniciativa de los locales, que entraron mejor en el partido y combinaron bien cerca del área, en especial con el protagonismo de sus dos enganches de los costados, Bárcenas en la izquierda y Omar en la derecha. A ambos les ayudaron a generar superioridad los carrileros del sistema (3-4-3) de Anquela (Javier Hernández y Johannesson). El equipo de Oltra fue incapaz de tapar los costados y empezó a sufrir cerca de su área. Omar, que fue el mejor relacionado con la pelota en los 27 minutos que jugó (se marchó lesionado), disparó en el minuto 7 y el balón acabó siendo repelido por el larguero. Fue un aviso, porque Bárcenas, tras una segunda jugada originada en un despeje blando de Jorge, la clavó en la escuadra desde fuera del área: 1-0. Era el minuto 22 y el Oviedo ya tenía la ventaja que buscaba.

El Tenerife cambió su dinámica de juego de manera radical. El repliegue de los asturianos, que tiraron a su bloque muy atrás, casi de forma intensiva (5-4-1), para defender el gol, le cedió tres cuartas partes del campo, y el equipo de Oltra aprovechó para ir creciendo según se acercaba el intermedio. De esta manera, Champagne apareció por primera vez en escena cuando Naranjo remató cerca del palo (27''), en la que fue la aparición más atinada de los tinerfeños en el área hasta entonces. El Tenerife había entrado al partido con Milla en el costado derecho, Undabarrena y Alberto en el eje, y Montañés en la izquierda. Cuando se hizo con el dominio territorial y la posesión continua del balón, Milla se fue metiendo más por el centro y dinamizando el juego, que fue siendo más profundo. Así hubo tramos en los que el equipo creó superioridad en el centro frente a Tejera y Ramón Folch. Cerca del descanso, el Tenerife pareció ser capaz de empatar: pudo hacerlo Montañés, que remató alto en un movimiento hacia el primer palo (40'') y lo acarició Malbasic con el tiro de zurda que despejó Champagne en el 44''. Esa jugada cerró el primer tiempo y supuso el adiós ofensivo del Tenerife en el partido.

Extrañamente, cuando se esperaba una reacción en la segunda parte, el equipo insular se presentó con su peor versión. Llegó siempre tarde a las jugadas, de manera que perdió la mayoría de las disputas, no tuvo un sentido colectivo con el balón, fue incapaz de ganar campo hacia delante para dominar el juego y, si se mantuvo con opciones hasta el final, fue solo porque el Oviedo no sentenció en sus ocasiones, algunas muy claras, ya desde el inicio de este periodo, como el cabezazo de Carlos Hernández (48'') o la doble parada a bocajarro que Dani Hernández le hizo a Javi Hernández solo un minuto más tarde cerca de un palo (49'').

Oltra lo intentó todo: primero devolvió a Milla al timón al quitar del campo a Undabarrena sustituido por Nano; luego dejó defensa de tres y colocó en los costados, como carrileros, a Joao (que entró por Cámara) y a Naranjo, con Montañés como mediapunta; y finalmente, sumó a Tyronne en el lugar del castellonense. El Tenerife fue la imagen de la impotencia. Terminó jugando de frente contra la muralla defensiva del Oviedo, que devolvió todo desde el fondo y protegió su área sin sufrir una sola ocasión de gol en contra, ni siquiera medianamente peligrosa. En ese tramo, el partido entró en fricciones de las que debió salir la expulsión de Christian Fernández, que pisó a Carlos Ruiz cuando el tinerfeñista estaba en el suelo, pero el árbitro se inhibió.

Los últimos minutos fueron frustrantes para el Tenerife, que todavía pudo encajar el segundo gol, salvado por Malbasic bajo palos una vez y luego por Dani con una brillante parada al disparo de Johannesson, que encabezó una de las contras asturianas en el tiempo de descuento.

Real Oviedo: Champagne (1); Johannesson (2), Carlos Hernández (1), Alanís (1), Christian Fernández (1), Javi Hernández (2); Folch (2), Tejera (2); Bárcenas (1), Omar Ramos (1) y Joselu (0). En el minuto 27 se retiró lesionado Omar Ramos y entró en su lugar Mossa (1). En el 69'', Toché (s.c.) sustituyó a Bárcenas; y en el 86'', Boateng (s.c.), por Joselu.

Tenerife: Dani Hernández, Cámara, Jorge Sáenz, Alberto, Carlos Ruiz, Camille; Milla, Undabarrena, Montañés; Malbasic y Naranjo. En el minuto 55, Nano sustituyó a Undabarrena; en el 67'', Joao entró por Raúl Cámara; y en el 81'' Tyronne, por Montañés.

Árbitro: Díaz De Mera (Colegio castellano-manchego). Aunque pitó tarde, estuvo bastante acertado en las jugadas de interpretación. Su mayor error fue no castigar el pisitón que suyfrió Carlos Ruiz por parte de Christian Fernández en el minuto 74. El defensa ovetense tenía ya una amarilla y la protesta le acerró la amonestación al tinerfeñista. Amonestó a Tejera (59''), Christian Fernández (69''), Toché (85'') y Mossa (92'') en el Real Oviedo; y Naranjo (47''), Carlos Ruiz (74''), Alberto (76'') y Malbasic (85'') en el Tenerife.

Gol: 1-0, m. 22: Bárcenas, por la escuadra, desde fuera del área.

Incidencias: Partido de la vigésimo primera jornada de la Liga 1 2 3, disputado en el estadio Carlos Tartiere ante 11.554 especftadores. tarde fría y terreno de juego en irregulares condiciones. El Tenerife lució su indumentaria negra.