Un punto a domicilio y en un derbi es un botín imposible de desdeñar. Si encima llega cuando el Tenerife empezaba a bajar los brazos y se ahogaba en su propia desconfianza después de una puesta en escena calamitosa y un desarrollo impropio de lo que había en juego, más aún. Por eso, el penalti convertido por Suso Santana después de un parón de más de cinco minutos y con casi 20.000 almas con los ojos clavados en él tiene mérito. Mucho mérito. Sí, es un empate para celebrar. Pero no por la forma en que se consiguió.

Quería José Luis Oltra que su equipo se pareciera al de Gijón y repitió la fórmula en la medular, con cuatro mediocentros, sacrificando a Luis Milla y Bryan Acosta para tapar los flancos en secuencia defensiva. Pero ni Las Palmas es el Sporting ni el derbi la visita a un rival con dudas. Porque por muchas que tuviera la escuadra amarilla, en un duelo de rivalidad quedan en el olvido. Así, Paco Herrera le ganó la partida desde el arranque. Apostó, contra pronóstico, por Fidel y Danny Blum en las bandas. Y ahí empezó a generar situaciones ventajosas para su equipo.

La banda de Camille fue una vía abierta al menos a intentarlo porque ni Bryan llegaba a ayudar ni el francés se parece a aquel lateral solvente de la temporada 16/17. Aunque Nano (1'') y Juan Cala, de cabeza a la salida de un córner (2''), parecieron equilibrar la salida, la realidad era otra. Una jugada individual de Blum (11'') desnudó el entramado defensivo visitante en la antesala del uno a cero. Llegó tras una pérdida de Alberto, incapaz de superar la presión asfixiante rival, que fue un desastre con balón. Fidel quebró a Camille y puso un balón de oro a Araujo que, entrando solo desde el segundo palo, no perdonó ante Dani (17'').

Lo que vino a partir de ahí fue un ejercicio de impotencia de una escuadra blanquiazul incapaz de llevar el partido a su terreno. Con Milla demasiado alejado de las zonas de influencia y Undabarrena desaparecido, muchas veces los centrales se vieron obligados a jugar muy directo. Un disparo blando de Malbasic (31'') y una falta lejana lanzada por Bryan (45'') se convirtieron en lo poco que Raúl Fernández vio sin bostezar. Cómoda como estaba, la UD tampoco hizo alardes. Sobrevivió hasta el descanso esperando su oportunidad de aumentar la renta a través de un error tinerfeño.

Sorprendentemente, Oltra permaneció a la espera. Ni un cambio ni un retoque para modificar algo que no funcionaba. Tampoco para la salida de la segunda parte intervino más allá de las consignas tácticas. Lo hizo diez minutos más tarde dando entrada a Suso. Milla pasó a jugar por dentro y Alberto se retrasó al centro de la zaga. Un error en la salida de Jorge propició una doble ocasión de Araujo, en la que respondió bien Dani (56''). El Tenerife era un auténtico flan. Hasta en los despejes. Ganadora en los duelos, Las Palmas empezó a sentirse más cómoda.

Y suele suceder que al bajar un ápice la intensidad defensiva lleguen los problemas. Así sucedió en una buena combinación visitante culminada por Suso en un disparo que estrenó los guantes de Raúl Fernández (60''). Respondió el equipo de Herrera con un remate al palo de Blum después de ganar la espalda a Raúl Cámara. En el rechace, con Dani en el suelo, Araujo se topó con Camille como improvisado portero para despejar de cabeza sobre la misma línea.

El segundo movimiento de Oltra, prescindiendo del tocado Milla para dar entrada a Montañés, permitió tener dos bandas naturales por fin. El partido lo pedía desde el pitido inicial. De repente, el Tenerife pareció ocupar mejor el terreno de juego. Sobre todo para atacar. No es que consiguiera decantar el juego ni crear grandes ocasiones, pero estaba más metido.

El reloj caminaba sin pausa hacia el noventa. La desesperación trajo errores, pero el conjunto amarillo también empezaba a valorar el gol logrado como algo a protger. Y así llegó la acción que cambió el partido. Timor golpeó con el codo a Nano (acción de roja clara) y el árbitro dejó seguir. El contragolpe, llevado por Malbasic y Montañés, acabó en un disparo del serbio que rechazó David García. Sagués Oscoz vio mano. Suso convirtió el empate (84''). Se abría un minipartido. Con Las Palmas en inferioridad, al Tenerife le faltó confianza para completar la remontada. Aún así, la tuvo. Bryan Acosta falló a puerta vacía después de un centro de Tyronne (95'').

UD Las Palmas: Raúl Fernández (1); Álvaro Lemos (1), David García (1), Juan Cala (1), Dani Castellano (1); Timor (1), Galarreta (1); Fidel (2), Araujo (2), Blum (2); y Rubén Castro (1). En el minuto 67, Tana (0) entró por Fidel; en el 76, Maikel Mesa (s.c.) reemplazó a Rubén Castro; en el 84, Peñalba (s.c.) por Blum.

CD Tenerife: Dani Hernández, Raúl Cámara, Jorge, Carlos Ruiz, Camille; Milla, Alberto, Undabarrena, Bryan Acosta; Malbasic y Nano. En el minuto 55, Suso entró por Carlos Ruiz; en el 67, Montañés reemplazó a Milla; y en el 84, Tyronne a Nano.

Árbitro: Gorka Sagués Oscoz (2), del Comité Vasco, asistido por Huerga Cermeño y Canales Cerdá. Expulsó a David García por doble amonestación (28'' y 78''). Amonestó a Malbasic (12''), Blum (21''), Raúl Cámara (21''), Camille (36''), Suso (84''), Bryan Acosta (90'') y Araujo (92'').

Goles: 1-0, m. 17: Araujo remata en el segundo palo, libre de marca, un excelente servicio de Fidel; 1-1, m.84: Suso, de penalti.

Incidencias: Partido de la décimo octava jornada de la Liga 1 2 3, disputado en el Estadio de Gran Canaria ante 19.121 espectadores, según cifras oficiales. El luchador grancanario Juan Espino realizó el saque de honor. Las Palmas lució su indumentaria habitual y el Tenerife lo hizo de negro, con adornos fucsia. El partido fue ofrecido por Movistar Partidazo. El juego se detuvo más de cinco minutos cuando tuvo que ser atendido Nano por una acción previa al penalti.