Para mí, que soy un apasionado del fútbol, cada partido, independientemente de la categoría, es un disfrute, una alegría? Una vez más, CD Tenerife y UD Las Palmas nos dan la oportunidad de vivir un nuevo derbi, un partido especial y diferente lleno de sensaciones por todo lo que rodea al encuentro.

Teniendo en cuenta la similitud de circunstancias en las que llega cada uno de los equipos: las expectativas de ambos clubes en el inicio de la temporada, la destitución de sus entrenadores, la situación en la tabla clasificatoria, pero sobre todo, por lo que han transmitido amarillos y blanquiazules en el terreno de juego hasta este momento. Todo ello hace que el partido del próximo domingo sea una incógnita. Ambos tienen argumentos para que podamos disfrutar de un buen derbi, pero veremos cómo reaccionan los protagonistas una vez empiece a rodar la pelota.

Ambos llegan con un peso extra, un lastre que querrán quitarse ganando a su eterno rival. No son únicamente tres puntos en juego, el impacto del resultado, para lo bueno y para lo malo, puede marcar la trayectoria de ambos.

En este tipo de partidos, el controlar y saber regular las emociones puede jugar un papel fundamental en transcurso del encuentro, donde siempre nuestro corazón va por delante de nuestra cabeza. Es necesario un ajuste adecuado entre mente y corazón para obtener un nivel individual y grupal óptimo en la competición. El equipo que mejor desarrolle esta labor, antes y durante el partido, conseguirá un mejor rendimiento.

Es obvio que los dos equipos necesitan la victoria. Tan necesaria para encontrar ese punto de inflexión y proporcionar a sus aficionados una alegría antes de final de año. La incertidumbre estará presente el domingo en el estadio de Gran Canaria, en el que espero y deseo que sea un punto de inflexión favorable al Tenerife.

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