El Iberostar Tenerife vio truncada su buena racha en liga ante un rival necesitado que supo jugar sus bazas en momentos decisivos del choque. Buscaban los insulares seguir su buena racha en la Liga ACB y mantenerse en los puestos de privilegio, pero se encontraron un partido en el que parecía que únicamente el acierto en el juego exterior les podía llevar a la victoria, pero cuando falló este se quedaron sin argumentos. El San Pablo mostró su repertorio, sobre todo en el juego interior, donde los aurinegros se vieron superados, y donde solo el alero Javier Beirán supo contrarrestarles.

El partido arrancó con los insulares más centrados en el partido, con buenas circulaciones de balón en ataque, lo que unido al buen acierto desde la línea de 6,75, les permitía coger la primera renta del partido y obligaba al técnico local a pedir tiempo muerto (2-10).

Seguían los de Vidorreta aprovechando la fragilidad de los burgaleses en ataque para aumentar más la renta con un Abromaitis en plan estelar, con 10 puntos (10-20). El técnico local movía el banquillo, poniendo en pista a Thompson y a Fitipaldo. Los cambios surtían efectos y un parcial de 10-0 de los burgaleses ponían las tablas en el electrónico, rotas de nuevo desde el triple por Staiger, para cerrar el cuarto con 20-23.

El segundo cuarto arrancaba con la misma tónica que el primero: los laguneros más acertados, haciendo mucho daño en el juego exterior para de nuevo coger una ligera ventaja en el marcador, tras un triple de McFadden (24-31).

Despertaban de nuevo los burgaleses, que con dos triples de Fitipaldo y una canasta de Huskic, ponían por primera vez a los de Epi por delante en el marcador (32-31). De nuevo los triples (cinco en el segundo cuarto para llegar a un total de 10 al descanso) permitían al Iberostar llegar a este con ventaja en el tanteador (36-41).

En el tercer cuarto, McFadden devolvía la renta de siete puntos para los tinerfeños (41-48), pero los de Epi no le perdían la cara al partido. McFadden volvía a hacer de las suyas desde el triple para desesperación del técnico local, que veía como Radoncic devolvía la igualada, solo rota por dos tiros libres anotados por Sebas Saiz para cerrar el cuarto (54-56).

Los insulares veían como se les complicaban las cosas en el último periodo, pues a su desacierto en ataque se le unían los problemas para defender a Thompson y Huskic, que les hacían verdadero daño en la pintura y llevaba a los locales a ponerse con cuatro puntos de ventaja (62-58).

Estaban desatados los locales en ataque, que con dos triples, uno de Huskic y otro de Fitipaldo, ponían a los locales con siete puntos de ventaja a falta de 2:46 (72-65) y hacían que Vidorreta sentara a los suyos buscando la reacción.

El partido ya estaba decidido, para alegría del público local, que veían como su equipo cerraba el marcador con un 79-68.