Alfonso Serrano explicó ayer su decisión de anticipar su desvinculación del Tenerife, con el que tenía contrato hasta junio de 2019. Al día siguiente de que se hiciera oficial su baja como secretario técnico, el vallisoletano ofreció una rueda de prensa en el Rodríguez López en la que, además de mostrarse agradecido al club -especialmente a Miguel Concepción- y afirmar que pone fin a esta etapa "orgulloso" por el trabajo realizado desde que regresó a la entidad tinerfeña en junio de 2014, aclaró que "lo único" que hizo fue "adelantar dos meses" una despedida que tenía prevista desde la pretemporada. Una vez extinguida la relación laboral, compartió su deseo de que, ya sin su presencia, "la atmósfera se calme".

Serrano contó que el pasado verano pactó, "más o menos", su salida del Tenerife con Miguel Concepción para el mes de febrero, tras el cierre de la próxima ventaja de fichajes. Pero, finalmente, optó por no llegar tan lejos. "Dadas las circunstancias, decidimos adelantar mi marcha dos meses, sobre todo para que el nuevo director deportivo tenga el mercado de invierno para hacer lo que estime oportuno", indicó con la sensación de que su "figura está demasiado desgastada". Al respecto, dio a entender que su paso al costado será positivo para que "la atmósfera se calme y todos remen en la misma dirección".

En este contexto, admitió que "casi siempre" se sintió el objetivo de las críticas. "Se suele buscar un culpable y aquí casi siempre era yo. Si Dani Hernández paraba cuatro penaltis en el Trofeo Teide, Serrano tenía la culpa de que no parara cinco", exageró sin la intención de "poner excusas".

El exdirigente afirmó que, con este clima, "la gente no se da cuenta de que no le hace daño a una persona física, sino al club y a los jugadores". Por tanto, opinó que la "carretera" elegida para llegar a Primera no es la adecuada e insistió en que su salida será "bienvenida si sirve para que todos vayan en la misma dirección".

En cualquier caso, opinó que "las etapas de los directores deportivos no tienen por qué ser de junio a junio, sino de febrero a febrero".

Dispuesto a "despejar la cabeza" y sin signos de arrepentimiento por haber dejado escapar ofertas, puso fin a "cinco temporadas seguidas en un club especial, un club que no es como la mayoría".