El órdago está lanzado: "all in". Una vez ganada la subasta a Ronny Landaeta -luego renunció para ser campeón de la Unión Europea-, Adán Silvera -9(3)-1-0- tenía la posibilidad de intentar ajustarse el cinturón del Campeonato de España del peso supermedio en casa. Pero no. "Me gustan los grandes retos", reconoce sin dudar el tinerfeño.

El del próximo sábado lo es. Combatirá con el dominicano -criado en Lanzarote y residente en Madrid- Mariano Hilario "Tiburón" -17(8)-6(3)-0- por el cetro nacional de los 76,205 kilos. La cita se celebrará en el Polideportivo Fernando Martín de Fuenlabrada, donde también acontecerá la contienda entre Kiko Martínez y Marc Vidal por el Europeo del peso pluma. En resumen, una velada mayúscula.

"Prefiero ese riesgo e ir a ganarlo allí. Es un rival que te abre caminos porque él ya ha sido campeón de Europa. No es lo mismo batir a Hilario que a otro chico que está empezando o que no ha salido a pelear al extranjero. Si lo hago, mi caché subirá. Voy a cumplir 34 años y no estoy para tonterías. Me hubiese encantado hacerlo en Tenerife, que era lo previsto, pero este combate es goloso para mí. Se me van a abrir más puertas allí que aquí. Por el tipo de velada que es, el foco es más grande", señala a EL DÍA.

Una alegría para el de Añaza significaría pasar a ser aspirante al título de la Unión Europea, según lo firmado con la promotora de su adversario. Es un plus: un doble o nada. En cualquier caso, Silvera lo tiene claro. "Si no nos hubieran ofrecido el cinturón continental, también habríamos aceptado pelear en Madrid".

Este 2018 está deparando no pocos desafíos para el boxeador, después de un 2017 aciago y plagado de inactividad, lo que propició un cambio de mánager. En mayo, en Lisboa, cedió -decisión dividida- en la disputa del Mundial WBC Latino del peso supermedio frente al boxeador local Rui Pavanito. Era la primera vez que afrontaba una contienda a 10 asaltos y fue su primera derrota como profesional en su corta carrera -empezó a pelear con 28 años, una vez descubierto un talento tardío-.

Con "energía totalmente renovada", superada la "desmotivación" del pretérito año, el santacrucero está listo para acometer el combate de su vida. "A lo mejor en otros deportes no se valora tanto, pero en boxeo es difícil llegar a disputar un Campeonato de España. Tienes que ser constante e ir subiendo en el ranking hasta que te nombran aspirante". Por el contrario, un cinturón Mundial como el que pugnó es mera "cuestión de ofrecimiento", asevera.

En unos últimos tiempos análogos a los del tinerfeño, Tiburón también ha transitado por un largo periodo sin pisar el cuadrilátero. El pasado mes de septiembre regresó para noquear en el segundo asalto al estonio Eduard Belas. Una "mordedura" que espera evitar un Adán Silvera a la caza de su más alto estatus.

Una estrategia meridiana

Adán Silvera sabe que su contrincante es "favorito" porque se trata de Mariano Hilario "Tiburón", varias veces campeón de España y de Europa, y debido a que pelea "en su casa". En cualquier caso, el púgil insular no carga temor alguno. "No sé si es porque la preparación ha sido mejor o porque estoy muy convencido de lo que voy a hacer. Hay una táctica preparada para Tiburón porque lo conozco desde hace bastante tiempo. Voy a plantear una pelea que sea más intensa que la de Portugal", manifiesta. En territorio luso no pudo contar con su entrenador, pero José Febles sí estará en su esquina para esta ocasión. El tinerfeño entiende que Hilario ostenta "muchísima experiencia amateur", lo que significa que "tiene el boxeo teórico técnico muy dominado. Sigue desplegando el mismo boxeo en profesional. En sus últimos combates, aunque ha sufrido mucho, ha tenido siempre un golpe que le ha salvado. Hay que tener cuidado. Estoy preparado para rendir 10 asaltos a un gran nivel", revela Silvera.