El Tenerife se ha instalado en un periodo de reflexión que debe concluir entre hoy y mañana con una decisión sobre el futuro de Joseba Etxeberria. El mal arranque liguero, sin victorias en las cinco primeras jornadas, ha situado en el disparadero al de Elgoibar. "Soy consciente de que el fútbol son los resultados y están siendo malos. Muy malos diría yo", había dicho el señalado en la rueda de prensa posterior al duelo contra el Reus.

Pero hay más. Tampoco convencen las sensaciones que transmite el equipo. Preocupan los errores groseros en la respuesta defensiva ante segundas jugadas o balones aéreos, los desajustes constantes en la presión alta ordenada por el técnico, la falta de un plan para ataques estáticos, los cambios constantes en el once inicial o la inexistencia de alternativas a la hora de cambiar los partidos cuando el resultado es desfavorable.

Se observan, en definitiva, carencias en el trabajo de Etxeberria y la confianza en él se ha ido diluyendo con el transcurso de las semanas hasta el punto de no tener claro si debe o no continuar al frente del equipo insular.

"¿Qué podemos hacer nosotros? Trabajar más y mejor. No sé lo que puede pasar en el futuro", señalaba el preparador vasco, que anunciaba que le queda "energía para regalar" por si alguien duda sobre sus intenciones.

En los dirigentes blanquiazules anida el pensamiento de haber esperado demasiado la pasada temporada para hacer efectivo el relevo en el banquillo. José Luis Martí dispuso de 25 jornadas, a pesar de que dos meses antes de su destitución las sensaciones eran ya muy negativas. Miguel Concepción no quiere que se repita el camino y ya ha manifestado a su gente de confianza en el club la conveniencia de tomar una decisión en un sentido u otro.

Como quiera que una destitución en la quinta jornada puede parecer una decisión drástica, la opción menos arriesgada es que la visita al Nuevo Arcángel en Córdoba dicte sentencia (al menos momentánea) sobre Etxeberria. Todo lo que no sea una victoria en campo blanquiverde supondría su salida, salvo que se produzcan circunstancias extrañas que condicionen el resultado.

Otra de las cosas que condicionan la decisión es el apoyo que parece tener el técnico entre sus futbolistas. "Hablar de eso es una locura, pero aquí no", decía Suso sobre la posibilidad de un cambio en el banquillo. "Los pitos se cambian con victorias. Tenemos que ponernos las pilas. Hay ganas de remontar y ustedes (la prensa) nos ven entrenar y saben que lo damos todo", agregó sobre la situación.

Etxeberria se ganó la renovación con un final de temporada más que decente cuando el equipo había perdido ya comba en la lucha por el "playoff". No obstante, sus números acumulados dicen que el Tenerife solo ha logrado una victoria en sus últimos catorce encuentros oficiales y está en posiciones de descenso.