El mismo argumento de los tres partidos anteriores, pero con un desenlace diferente. El Tenerife volvió a jugar con fuego, pero esta vez se quemó. Su primera parte tan dependiente, tan supeditada a la iniciativa del rival, deparó otra desventaja, parcial en el marcador como en los tres encuentros precedentes de esta campaña, pero esta vez su ya acostumbrada reacción posterior no cuajó en el empate, por más que lo rondó con ocasiones meridianamente muy claras.

El Málaga fue abiertamente mejor en el primer tiempo. Combinó muy bien por dentro, con Lacen, Adrián y las caídas atrás de los puntas, hizo ancho el campo con Cifu, muy constante en sus subidas para hacer superioridad junto a Mula, que jugó por la derecha, y con Ontiveros en la izquierda, dueño y señor de ese costado. Los blanquiazules tuvieron más presencia ofensiva y más dominio que ocasiones, porque rara vez pudieron superar la estructura defensiva de un Tenerife que parecía conformarse con que no pasara nada. El equipo tinerfeño no fue capaz de cortar el circuito de toque de los andaluces ni tampoco de equilibrar la posesión de la pelota. Muñiz propuso tocar y avanzar combinando por las zonas interiores mientras que Etxeberria dispone otra idea, su equipo es más directo, busca el pase defensa-ataque para ir a apretar arriba, pero esta vez tampoco fue capaz de inclinar el campo hacia el área rival con esos movimientos, a los que su segunda línea siempre llegaba tarde.

Todos los acercamientos de esta primera parte fueron locales. Pau Torres cabeceó a los 7'' alto; Ontiveros puso a prueba a Dani desde fuera del área en el 11'' y Harper cabeceó fuera por poco en el 19''. La rigidez se rompió tras un error, una disputa individual perdida descosió al equipo de Etxeberria y rompió el equilibrio. Fue en el 35'': el Málaga lanzó una falta lejana, en diagonal, despejó Milla de cabeza y el bloque salió del área, pero Joao perdió la disputa con Ontiveros, que se quedó con el balón y encontró un pasillo interior para dejar a Blanco Leschuk ante Dani, al que batió con su zurda cruzando al palo largo.

El Tenerife, que no reaccionó en los siguientes diez minutos, perdió por lesión a Joao, lo sustituyó Suso. Un cabezazo de Jorge alto en el minuto 39 fue lo único que hizo el Tenerife en el área de los malagueños.

En base a los antecedentes de esta temporada y en consonancia con la situación del partido, era lógico que la segunda mitad fuera otra cosa. Ni más ni menos. Desde el mismo pitido inicial. Suso, que tomó el relevo de Ontiveros para manejar a lo grande el partido, empezó a generar. En el 47'' puso un balón cruzado que Naranjo echó por encima solo en el segundo palo. Una ocasión clamorosa que pudo haber igualado todo lo anterior. El partido se fue enredando, llegaron los cambios (Montañés por Naranjo) y el Málaga, incapaz de tirar contraataques claros para sentenciar, fue sacando una vena muy conservadora, entregó el balón y casi todo el campo al manejo del Tenerife (con Milla a la batuta), que se adueñó del juego, sin mucha continuidad, porque no es ese su punto fuerte. Pero aún así, inclinó más el campo hacia el ataque y pudo empatar.

Borja Llarena entró por Camille en el 74'', el equipo blanquiazul cerró con tres (Luis Pérez-Jorge-Carlos Ruiz) y dejó todo el costado izquierdo a Montañés, para acumular dos delanteros fijos arriba con Malbasic escalonado por detrás de ellos. En el 80'' volvió a aparecer Suso en su versión más desequilibrante con una gran acción individual en la que recortó con la derecha y remató al palo largo con la zurda, su disparo fue rechazado por el poste.

Los cambios de Muñiz fueron más una manera de auxiliar a su equipo, que ya solo miraba al reloj, aunque en una contra poco clara Hachim pudo sentenciar. Su remate cruzado lo despejó Dani a duras penas, cuando se enfilaba ya el minuto 90. Todavía, en un prolongado descuento de cinco minutos, el Tenerife volvió a disponer de la oportunidad de empatar. Con todo el equipo volcado, Dani puso la pelota en el área, le cayó de a Malbasic de frente a la meta y el serbio remató por encima.

O sea, que hasta el final el guion estuvo muy cerca de repetirse, con otro empate agónico y a remolque de un Tenerife que demuestra su verdadera capacidad cuando va por detrás en el marcador, pero que como ayer, es incapaz de mandar en los partidos jugando en todo el campo desde el principio. Ya no parece que sea una casualidad.

Málaga: Kiescek (1); Cifuentes (2), Luis Hernández (1), Pau Torres (1), Ricca (1); Lacen (2), Adrián González (2); Ontiveros (2), Mula (1), Harper (1) y Blanco Leschuk (1). En el minuto 54, Juankar (1) entró por Ontiveros; en el 79, Boulahroud (s.c.) por Lacen, y en el 81, Hachim (s.c.) relevó a Mula.

CD Tenerife: Dani Hernández, Luis Pérez, Jorge Sáenz, Carlos Ruiz, Camille; Bryan Acosta, Luis Milla; Jose Naranjo, Nano, Malbasic y Joao Rodríguez. En el minuto 41, Suso entró en lugar de Joao, lesionado en un tobillo; en el 59'', Montañés, por Jose Naranjo, y en el 77'', Borja Llarena por Camille.

Árbitro: Iñaki Vicandi Garrido (comité vasco). (1). Tal vez algo meticuloso en las faltas, pero soportó con autoridad la presión de un estadio que aprieta. Mostró tarjeta amarilla a Ontiveros (38''), Suso (52''), Lacen (71''), Luis Pérez (74''), Juankar (77''), Bryan Acosta (85'') y Adrián González (93''). Descontó 4 minutos y alargó una más.

Gol: 1-0, m. 35: Ontiveros recoge la pelota cerca del área, mete un pase por dentro a Blanco Leschuk que define ante la salida de Dani.

Incidencias: Partido de la cuarta jornada de la Liga 1 2 3, disputado en el estadio La Rosaleda ante 15.408 espectadores. Terreno de juego algo blando. Tarde calurosa, muy húmeda, pero sin lluvia, tras una jornada de grandes aguaceros. El Málaga lució su indumentaria oficial y el Tenerife vistió todo de negro con ribetes naranja en las tres prendas.