Una salida o la plantilla se queda, al 99 por ciento, como está. Tanto Alfonso Serrano como Joseba Etxeberria tienen claro que una o dos incorporaciones más cerrarían el círculo de un equipo que ya consideran competitivo al más alto nivel en Segunda. Las demarcaciones que tienen margen de mejora están detectadas, pero el discurso público no admite dudas: están "preparados para competir" desde el próximo lunes ante el Nástic de Tarragona.

No obstante, todo cambiaría si Carlos Abad acepta abandonar la entidad blanquiazul como él mismo pretendía "en el mes de mayo" (Serrano dixit). El gran problema es que el interés de varios equipos de la categoría y hasta del extranjero no fraguó en una oferta concreta. El meta portuense se quedó así sin opciones al nivel que pretendía. Sobre su mesa hay, eso sí, varias ofertas de conjuntos punteros de Segunda División B. Pero él no quiere bajar el escalón.

A la espera de un cambio de parecer, el club insular acepta que contará con una nómina de tres guardametas para este curso: Dani Hernández, Ángel Galván y el propio Carlos Abad. El primero parte como claro titular, el segundo se ha ganado un dorsal profesional e irá convocado en los dos primeros encuentros ligueros. Esta circunstancia podría variar la situación.

En el seno de la entidad tinerfeña no quieren ejercer presión sobre Abad, pero sí dejar claro que es el tercer portero a ojos de Joseba Etxeberria. Esa circunstancia, que podría cambiar con trabajo y el transcurrir de la temporada, no deja un horizonte demasiado halagüeño al jugador. Si se replantea su situación, habría tiempo para abrir la puerta de entrada. Con parte de la ficha de Carlos Abad ahorrada (se sobreentiende que el Tenerife debería absorber parte de la misma para que recale en un Segunda B) se podría plantear la llegada de una incorporación que redondee la plantilla. Sería modesta en materia económica, pero apuntalaría una de las posiciones más desguarnecidas de la actual plantilla blanquiazul.

El culebrón puede durar semanas. Sobre todo si se tiene en cuenta que el mercado cierra el 31 de agosto y que se disputarán dos jornadas antes de esa fecha, algo que acelera pulsaciones.