Alemania dejó todo para el último minuto, se dio el lujo de navegar en el drama de una inminente eliminación anticipada y con una remontada épica se impuso a Suecia al filo de los 96 minutos.

Suecia, que llegó al partido de la segunda jornada del Grupo F con 3 puntos en las alforjas, puedo haber despachado de Rusia al campeón del mundo, no por el golazo de Ola Toinoven a los 32 minutos, sino por la seguidilla de tres ocasiones que se perdió antes de ir al descanso.

Perdonó la vida del rival y olvidó que se trataba de Alemania, pero tras el intervalo apareció la mejor versión del equipo que se resistía a aparecer. El gol de tiro libre a los 95 minutos de Kroos fue el punto culminante para una obra magnífica, pero también fue la redención para el mediocentro del Real Madrid, culpable él del balón que encontraron los suecos para empujar el contragolpe que capitalizó el gigante del Toulouse. Kroos, apagado e indiferente en el primer tiempo, lanzó llamas en el segundo y ayudó a incendiar un partido para el que los suecos no tuvieron revulsivo. El golpe de timón para un barco que parecía naufragar con el gol de Toinoven lo dio Reus en el amanecer del segundo tiempo, en el minuto 48. Fue el reencuentro de una Alemania con su mejor fútbol y la respuesta contundente a las críticas que desde ya parecían anticipar el fin de la era Löw. La escena final estaba montada para Kroos. Una pintura, un artista. Volvió Alemania.