"Los dos crecimos siendo muy destacados en todas las categorías, él era un poquito mejor que yo, era la futura estrella francesa". Así recuerda Rafael Nadal, número uno mundial, su primer choque en 1999 ante Richard Gasquet (32), su rival mañana en tercera ronda ante el que nunca cedió en el circuito profesional.

La prometedora carrera que se adivinaba para el francés nunca llegó a confirmarse (14 títulos menores y un séptimo puesto mundial en 2007), mientras que la de Nadal superó todas las expectativas: 78 trofeos, entre ellos 16 "Grand Slam", de los cuales diez Roland Garros, y cuatro años terminando el curso como número uno (2008, 2010, 2013 y 2017).

Dos carreras que podían haber desembocado en una histórica rivalidad entre dos jugadores con muchos puntos en común -los dos nacieron en junio de 1986 y miden 1,85 metros-, pero que tomaron caminos diferentes muy pronto. A pesar de que no se presagiaba.

Eran los cuartos de final del torneo de Petits As, en Tarbes (sur de Francia), en 1999 y Gasquet, entonces con 13 años, ganó a Nadal, de la misma edad, por 6-7, 6-3 y 6-4. "Él ya luchaba mucho. Me acuerdo de haberle comentado a mi padre que me parecía un guerrero", evocó el tenista francés.

A esa victoria se siguió otra de Gasquet en San Juan de Luz (sur de Francia) en un Challenger en 2003, cuando aún los dos eran menores de edad: 6-2 y abandono de Nadal. Desde entonces ha sido la sequía de la parte del francés.

Se han medido hasta 15 veces en el circuito profesional de la ATP, la primera en 2004 en el torneo de Estoril, y la última en 2017 en los ATP 1.000 de Cincinatti (Estados Unidos). En tierra batida y en pista dura e incluso en la Copa Davis de 2011 siempre ha caído del lado del español.

De esos 15 enfrentamientos, Gasquet recuerda uno en el que atisbó el camino para derrotar a su gran verdugo.

"Una vez en Basilea (2015) tuvimos un partido muy igualado. Encontré una manera para abordarle. Intento encontrar la manera cuando entro en la pista. Nunca ha sido fácil, pero voy a intentar algo. Luego veremos lo que pasa", anotó el tenista de Béziers, quien asegura que no entrará con demasiado respeto a la pista.

"No voy a salir a la pista pensando lo bueno que es Nadal", aclaró.

Los dos tienen una buena relación personal. "Es un buen amigo, una persona normal, agradable y positiva. Es alguien a quien aprecio mucho (...) Es positivo tener a gente así en el circuito. Siempre estuve de su lado", relata Nadal, aludiendo al extraño caso de dopaje de Gasquet, quien dio positivo de cocaína en 2009 aludiendo que se había besado con una chica.

Mañana, sábado, los dos adolescentes que se midieron por primera vez en Tarbes se volverán a encontrar, aunque esta vez treintañeros y ante miles de espectadores en el legendario Philippe Chartier de Roland Garros.

"Sé el tipo de campeón que es, pero yo quiero entrar en pista y dar lo máximo. Es un gran cruce para mí. Y será en la pista central. Habrá mucha gente", sostiene el número 32 del mundo. Nadal lidiará contra dos rivales: Gasquet y el público.