La última jornada de Primera División dejó para el recuerdo la despedida de LaLiga de dos de sus competidores más emblemáticos. Primero fue Fernando Torres el que jugó sus últimos minutos como futbolista del Atlético de Madrid. Lo hizo en el Metropolitano marcando los dos goles locales en el partido con el Éibar. Luego le llegó el turno a Andrés Iniesta, protagonista en el Barcelona-Real Sociedad en el Camp Nou.

El de Torres fue el adiós como rojiblanco de un ídolo que soñó de niño con lo que es ahora y que se cerró este ciclo con el mayor triunfo: el amor de su afición.

Una victoria que no solo se mide en partidos, muchos (404), ni en goles, muchos también (129), ni en títulos, sino en cariño. La despedida de una leyenda, con un vínculo inquebrantable con la afición, 16 años juntos en el césped.

Mientras, los asistentes al Camp Nou aprovecharon los prolegómenos del partido con la Real Sociedad para homenajear con un inmenso mosaico que ha ocupado las gradas del estadio a Andrés Iniesta, que ayer disputó su último encuentro con la camiseta del Barcelona. El público mostró las cartulinas que, unidas, formaron el mensaje "infinito Iniesta" sobre un fondo azulgrana en uno de los laterales y un ocho invertido.