En la plantilla del Tenerife hay tres futbolistas que, en su día, lucieron la camiseta blanca con la franja roja del Rayo. Se trata de Dani Hernández, Samuel Camille y Luis Milla. Solo el francés jugó algún partido con el primer equipo.

El portero formado en la cantera del Tenerife llevaba unos años en Madrid, destino que eligió para iniciar sus estudios universitarios, cuando se unió al conjunto vallecano. Su rendimiento en el Mahadahonda, Guadalajara, Collado Villalba y Real Madrid C le abrió la puerta al Rayo. Estando Pepe Mel al frente de la plantilla, Dani fichó en la mitad de la campaña 2006/2007 para ser el tercer guardameta. En la siguiente mantuvo ese papel con nueva competencia, Rubén Falcón y Tete. Aunque no jugó ni un minuto, sí formó parte de varias convocatorias de un curso que terminó con el ascenso del Rayo a la Segunda División A. Entre sus compañeros tuvo al actual técnico rayista, Míchel. A continuación, Hernández enlazó tres cesiones, al Jaén, Huesca y Mestalla, hasta que el Real Murcia se hizo con sus servicios en 2010.

En el caso de Camille, el Rayo fue su primer club en España. "Había iniciado mi carrera en el Red Star, un equipo de París que pasó mucho tiempo en Segunda. Luego, con 15 años, me marché al Valence, donde pasé cuatro temporadas. Después contactó conmigo el Lens, que estaba en Primera. Y en el último año con ellos me llamó el Rayo. La verdad es que me apetecía mucho jugar en España", rememora el defensa, quien, al igual que Dani, tuvo como entrenador a Pepe Mel. "Hice la pretemporada y el míster me dijo que estaba muy contento conmigo, así que firmé un contrato", añade remontándose al verano de 2009. Camille, quien igualmente compartió vestuario con Míchel, debutó en septiembre de ese año en un partido ante la Real Sociedad de la Copa del Rey, competición en la que llegó a tener minutos en la eliminatoria de octavos de final. Fue el inicio de una discreta trayectoria como rayista, pues solo pudo intervenir en nueve encuentros, todos como titular y sin ser sustituido; el último, en el estadio de Vallecas, con Felipe Miñambres sentado en el banquillo local. Tras esa experiencia, Samuel continuó su recorrido por diferentes clubes españoles: Córdoba, Cádiz, Alcorcón, Ponferradina y Tenerife.

Y queda Luis Milla, cuyo pasado en la entidad franjirroja se concentra en una sola campaña en el equipo filial. Esa etapa no resultó del todo satisfactoria, principalmente porque estuvo condicionada por una fisura en la tibia que impidió a Luis competir durante tres meses. Para colmo, el Rayo B acabó descendiendo a Tercera en 2015. Una vez recuperado de la lesión, se estrenó en la Ciudad Deportiva vallecana en noviembre de 2014 con una derrota ante el Tudelano. A partir de ahí, diecinueve partidos más y dos goles. "Es un club espectacular en todo lo que lo rodea, por su masa social y por la manera de vivir el fútbol que tiene", destaca Milla, para quien era "una maravilla" asistir al estadio para ver los partidos del primer equipo, que en ese momento jugaba en la máxima categoría.