El partido del pasado sábado ante el Huesca dejó al Tenerife sin puntos que añadir a su clasificación en la trigésima quinta jornada y, en principio, con dos bajas seguras para el encuentro del domingo que viene en el campo del Rayo Vallecano, las de Carlos Ruiz y Raúl Cámara, que deberán cumplir sendas sanciones por haber sido expulsados. Luego, sin influencia en la competición, quedan las consecuencias del impacto que recibió la asistente Guadalupe Porras de un objeto lanzado desde la grada, según explicó el colegiado Isidro Díaz de Mera Escuderos en el acta.

Los servicios jurídicos del club se pusieron manos a la obra para tratar de minimizar los daños. En la parte deportiva, el objetivo pasa por no perder a Carlos Ruiz y atenuar el castigo a Raúl Cámara. El primero tuvo que salir del campo antes de tiempo por la acumulación de dos tarjetas amarillas, una por "hacer observaciones de orden técnico" a una de las decisiones del árbitro y otra por "derribar a un contrario en la disputa del balón", exactamente en la jugada que terminó con el penalti del empate (1-1) del Huesca. El Tenerife se agarra a esta segunda acción para argumentar su escrito de alegaciones, ya que las imágenes no demuestran que el defensa desequilibrara al delantero rival "Cucho" Hernández.

Por su parte, Cámara fue expulsado en el túnel de vestuarios. Díaz de Mera aclaró en el acta que, durante la interrupción del partido por la agresión a Porras, el lateral se dirigió al asistente número uno para gritarle varias veces "esto es un atraco". Se trata de un comentario que podría costarle a una sanción de cuatro jornadas de suspensión a Raúl, quien sostiene que no se expresó en esos términos, sino que únicamente dijo que lo que estaba pasando era "de traca". Esa confusión es la que utilizaría el club para dar forma a su texto de alegaciones.

Además, estudia ponerse en contacto con el Comité de Competición de la RFEF por otras posibles imprecisiones incluidas en el acta y que están relacionadas con la interrupción del partido durante unos minutos. El colegiado describió así lo que pasó a partir del minuto 83: "Me vi obligado a detener el juego tras comunicarme mi asistente número 2 que un objeto que no pudo identificar le había golpeado en la cabeza. Cuando yo me dirijo a ella observo como desde la grada caen varias botellas medio llenas de agua desde la zona en la que se encontraban aficionados locales. Ella me comunica que se encuentra aturdida debido al impacto y decidimos retiramos a vestuarios. En el vestuario fue atendida por el médico del equipo local. Cuando ella se encontró recuperada y el coordinador de la Policía Nacional nos garantizó nuestra seguridad, volvimos a reanudar el juego habiendo estado el juego detenido durante 15 minutos. Una vez finalizado el encuentro, el coordinador de la Policía Nacional nos comunica que el objeto que impactó en mi asistente número 2 fue una moneda de 50 céntimos".

El club no tardó en "lamentar" la suspensión temporal del partido y "condenar" el lanzamiento de un objeto que, a diferencia de lo que redactó el árbitro en el acta, no llegó a ser identificado por el coordinador del Cuerpo Nacional de Policía presente en el estadio. El Tenerife esperará para apoyarse en el informe policial y dar el siguiente paso.

Entretanto, Díaz de Mera agregó ayer un anexo al acta en el que se aporta el parte médico del chequeo realizado a su asistente el sábado por la noche en Hospiten. En ese reconocimiento se confirmó que había sufrido un golpe, pero no se le marcó ningún tratamiento.

Sánchez Arminio cree que debió suspenderse

Victoriano Sánchez Arminio, presidente del Comité Técnico de Árbitros, explicó ayer, en Radio Club, que el partido entre el Tenerife y el Huesca no debió reanudarse cuando Isidro Díaz de Mera decidió acceder a los vestuarios, acompañado por sus asistentes, después de que Guadalupe Porras recibiera el impacto de un objeto lanzado desde la grada. "Lo que viene en el reglamento y lo normal es que el partido se suspenda", indicó antes de apuntar que Díaz de Mera "no consideró oportuno" llegar a ese extremo "porque la chica estaba en condiciones de continuar". Sánchez Arminio se mostró contundente al afirmar que "este tipo de episodios hay que desterrarlos del fútbol" y opinó que "es inaudito que ocurran en pleno siglo XXI". En el caso particular del sucedido en el Heliodoro, dijo que el espectador situado al lado del agresor debió ser el encargado de "denunciarlo para que no vuelva a ocurrir". Sin dejar dudas sobre "el buen comportamiento de la afición del Tenerife", confesó que estaba molesto por la falta de iniciativa por parte de los propios seguidores blanquiazules. "Lo que me molesta es que nadie lo denunciara para que esta persona no vuelva nunca más a un estadio de fútbol", manifestó. Al respecto, invitó al club a hacer todo lo posible para "localizar a esa persona y darle de baja, si es socio". En cuanto a la sanción que deberá asumir el Tenerife, el dirigente no adelantó nada. "El Comité leerá el acta y obrará en consecuencia", se limitó a decir.