A medias entre la indignación por determinadas decisiones del árbitro y la autocrítica. Así se mostró Luis Pérez al término del partido con el Huesca. Por una parte, afirmó que Díaz de Mera se equivocó al castigar a Carlos Ruiz con la primera tarjeta amarilla y también con señalar el penalti que le dio al conjunto aragonés su primer gol. Y por otra, reconoció que la plantilla tiene que "mirar" su actuación de ayer.

"El partido estaba tal como queríamos. Estaba saliendo bien. Pero llegó al expulsión", comentó convencido de que el colegiado no estuvo acertado. "Las imágenes están claras", añadió el lateral sevillano, quien igualmente lamentó que Díaz de Mera fuera tan estricto en la primera amonestación a Carlos Ruiz. "Creo que fui yo quien le dio la mayor parte del golpe, pero también es normal que te quieras comer al árbitro cuando piensas que te han hecho falta y te ves con sangre en la cara", señaló Luis.

En cuanto al desarrollo del partido, al margen de una decisión arbitral que "lastró" al Tenerife, Luis destacó el trabajo realizado en el primer tiempo. "Estábamos haciendo un partido magnífico, atacando bien, por fuera. Luego, a la hora de defender, estuvimos muy bien, con ayudas y con la presión prevista. Pero hubo cambios en el equipo, pasó lo del arbitraje, nos hicieron un gol pronto en la segunda parte, nos metimos atrás y nos hicieron daño", explicó.

"Nosotros también nos tenemos que mirar, porque fallamos en cosas previstas", agregó el defensa refiriéndose al propósito de frenar al Huesca en el centro del campo. "Habíamos hablado de que no jugaran por dentro y lo hicieron en el primer gol de la segunda parte".

Por último, no quiso apartar al Tenerife de la lucha por el ascenso, a pesar de las dos jornadas consecutivas que lleva sin puntuar. "Todavía puede pasar cualquier cosa. Es verdad que perdimos una oportunidad muy buena de acercarnos al sexto puesto, pero quedan seis partidos, seis finales, y mientras haya puntos en juego, habrá esperanzas", declaró Luis.