El gran puntal de los últimos años en Canarias, Marcos Ledesma, está volviendo por sus fueros tras la intervención de cara a subsanar la rotura del ligamento cruzado anterior, de los dos meniscos y cóndilos de su rodilla izquierda. El vallero lamenta que no haya habido más margen para que su Chimbesque luchara por el Campeonato insular, y promete guerra de cara al Torneo Regional.

Ha comentado siempre que quería ser el mejor puntal, no caer y ganar títulos. Tras la intervención de su rodilla, declaró que ahora quería salir a los terreros a divertirse y a luchar. ¿Lo ha conseguido?

En parte, sí. Tengo menos presión en ese aspecto. Estoy bastante conforme con el papel que hemos hecho en la Liga y con el que estamos haciendo en el Regional. El equipo está respondiendo a un gran nivel. Individualmente, me quedo con que voy en el buen camino. Recientemente, con el "Majorero" -Miguel Hernández- podía haberme quedado quieto. Fui a hacerle un puente y al final me metió debajo. Lo que quiere la gente en San Miguel es que salgamos a luchar y esa es la intención.

¿Cómo está su rodilla?

Ya me he olvidado de ella. En el momento de luchar las sensaciones son muy buenas. Cuando voy a sacarme la foto con el equipo, que a mí siempre me gusta ponerme agachado, la siento. Pero a la hora de luchar la rodilla está al 100% desde hace varios meses. Estoy llegando a ponerme al nivel que yo mismo espero. La recuperación ha sido muy buena y en un tiempo récord. Ni yo mismo pensaba que podría ser así.

¿Qué le ha costado más, la recuperación física o que la mente no piense en la rodilla?

La mente, completamente. La cabeza es lo principal. Mi rodilla quedó estupenda desde el minuto uno. Caí en unas manos increíbles, las del doctor León González Massieu, al que siempre le estaré agradecido por el trato. Con tres semanas, prácticamente caminaba. Antes de los tres meses ya estaba entrenando de una manera moderada. Con cinco meses me puse la ropa de lucha.

¿Cuándo empezó a verse cerca de la plenitud?

Es difícil de explicar porque físicamente me veía bien, pero mi cabeza daba órdenes y mi cuerpo no las llevaba a cabo. Pensaba mucho lo que quería hacer cuando agarraba, pero me bloqueaba y terminaba sin hacer nada. Todavía hay ocasiones en las que me pasa, pero ya mucho menos. Si tengo que ponerle fecha, diría que el arranque de la segunda vuelta de la Liga -final de 2017-.

¿Por qué eligió al Chimbesque?

Primero, porque no tenía nada -ríe-. El Rosario no quiso continuar conmigo. Yo también creo que era el momento de cerrar una etapa. El Chimbesque ya me había contactado el año anterior y estaba ese vínculo verbal. Hubo equipos que preguntaron por mí, como el Estrella de Gran Canaria. Era difícil porque yo tenía una lesión y no podía decir cuándo podía empezar a luchar. Cuando hablé con Sito Quintero -presidente- y Salvador Pérez Soliño -mandador- estaban encantados de que fichara, empezara cuando empezara. Querían que me recuperara allí, sin presión y con todo el tiempo que me hiciera falta. Ellos sabían que yo no iba a poder cumplir de primeras, pero creo que gracias a Dios no se han equivocado. No somos campeones porque no luché la primera lucha. Lo hubiéramos sido si yo me hubiera puesto la ropa, o no lo hubiera hecho Añaterve Abreu -puntal del Tijarafe Guanche-. No lo debió hacer y todos sabemos por qué... Echamos en falta esos tres puntos. Estamos más que orgullosos con el resultado obtenido.

Si hubiera habido oferta del Rosario, ¿la habría aceptado?

Tanto por ellos como por mí era el momento de pasar página. Muchos años en el mismo club no le viene bien a nadie. Ni al propio club, ni a la afición, ni al propio luchador, que se acomoda. Fueron cinco años muy buenos, en los que el Rosario llenó sus vitrinas de títulos como nunca antes lo había hecho. Eso quedará para la historia. Me fui conforme con ese periodo en Valle de Guerra.

Hace unas semanas regresó al terrero José Gutiérrez "El Chaval I". Realizó una gran actuación, pudiendo con la plana mayor de su exequipo. ¿Qué sintió?

Es una sensación un poco extraña, pero tampoco es insuperable. He tenido situaciones iguales o peores en la lucha, al tener que enfrentarme con mi primo o con mi hermano... No nos ganaron ni en la primera vuelta, ni tampoco en la segunda. Nos quedamos con la magua de llegar con un puntito más para poder luchar por el título. El Rosario lo ha hecho muy bien. Estoy muy orgulloso de la lucha que hice. Salimos con la moral reforzada. Este año podemos hacer grandes cosas.

De cara al Regional, ¿qué se puede esperar del Chimbesque?

No lo digo con afán de menospreciar a nadie, pero nosotros nos presentamos como candidatos para estar ahí. No le tenemos miedo a nadie. Le podemos ganar a cualquiera. Vamos a pelear por meternos en los cruces y hacerlo lo mejor posible.

¿Un equipo que no quiere en las eliminatorias es el Maxorata?

Es obvio que no por la situación que es, no por que le tengamos miedo. Como deportista me gustaría porque quiero enfrentarme a los mejores y sé que mi hermano -Eusebio- es el mejor puntal. Ambos somos puntales A, no podemos fichar en el mismo equipo y no podemos quitarnos a un lado de la lucha porque somos los que la decidimos. Tenemos un acuerdo de que cuando nos toque luchar lo haremos. Al que le toque perder deberá fastidiarse.

O sea, no veríamos una imagen como la de los hermanos Déniz en la final de la Liga grancanaria.

Yo respeto las decisiones que toma cada uno, pero nosotros no lo tenemos tan fácil porque somos los puntales. No como ellos, que uno es puntal y otro, destacado. Hay diferencia de galones. Se le dio esa repercusión porque fue una final. Tenían un pacto y se vio.