La pérdida progresiva de confianza en José Luis Martí alcanzó su cénit el pasado sábado en La Romareda. Hasta allí se desplazó Miguel Concepción que, muy preocupado por la trayectoria del equipo, ha querido estar presente en los dos primeros desplazamientos de 2018. El presidente no perdió detalle de lo sucedido sobre el césped y sintió cierto bochorno al comprobar que no hay avances, pese a la promesa que meses atrás le hizo el todavía técnico blanquiazul. "Creemos que con este entrenador se van a conseguir los objetivos planteados a principios de temporada: pelear por los puestos altos de la clasificación", había dicho en la Junta de Accionistas del 28 de diciembre.

Apenas dos semanas después se ha pasado del "Martí no corre peligro" al "vamos a tomar medidas". No lo ha expresado públicamente, pero el dirigente palmero planea reuniones para esta semana. Pretende analizar, con los componentes del área deportiva, la actual situación y afrontar las decisiones que correspondan. El relevo en el banquillo no será inmediato, pero se afrontará en el plazo máximo de dos semanas si no hay reacción. Puede que una si la imagen ante el Barcelona B no ayuda y el público estalla.

Concepción ha demostrado en las últimas temporadas que agota los plazos para cambiar entrenadores. El recuerdo de la 10/11, con cinco personas distintas sentadas en el banquillo insular (Arconada, Merino, Mandiá, Tapia y Amaral) le atormenta. No quiere precipitarse, pero sabe que está apurando demasiado si quiere que el Tenerife luche todavía por las seis primeras plazas.

En estos momentos, a Martí le sostienen sus méritos en la pasada campaña (el equipo se quedó a un gol del ascenso a Primera) y la implicación en el proyecto. Nunca dio un problema ni se salió del guión previsto. Su figura logró, además, pacificar las turbulentas aguas del entorno blanquiazul. Su capacidad como director de grupo siempre mejoró la vertiente puramente futbolística, pero hasta esta faceta se ha debilitado a ojos de los rectores de la entidad insular.

Los resultados han "volado" todas las garantías que ofrecía el preparador balear. El proyecto 17/18, confeccionado con un margen presupuestario suficiente como para arriesgar en las inversiones, se tambalea. Y la gestión que ha llevado a cabo Martí ha decepcionado. Lo peor, a juicio de los que mandan, es que no ha hallado una línea de juego. El Tenerife, clasificatoriamente en la cola de los candidatos al ascenso, lo está sobre todo en funcionamiento colectivo.

Fue la derrota en Huesca la que supuso un antes y un después. Allí, frente a otro equipo de "playoff" de la temporada pasada y un aspirante demostrado en la actual, la escuadra insular no dio la talla. El feo vivido en El Alcoraz encendió las alarmas. Pero ante cada momento de tensión posterior, apareció un resultado positivo salvador. Después de caer en Almería (una victoria en ocho partidos), se ganó al Reus. Y tras el parón (una en las seis jornadas anteriores), se derrotó al Albacete.

Pero no va más. Con un único apoyo en la cúpula (hay quien piensa dentro del club que no destituirlo ya es perder un tiempo precioso), a Martí le queda este doble duelo en casa ante Barça B y Valladolid para reflotar a su equipo y recuperar el crédito perdido. En el club se ve viable aún luchar por el ascenso, aunque sea por la vía del "playoff". Y eso se le hará ver al entrenador balear en la reunión prevista inicialmente para mañana.

Mucha gente apostó por esta temporada como la del salto a Primera (abonados, patrocinadores e instituciones). De ahí que Concepción esté dispuesto a dar un volantazo en las próximas semanas entre decisiones de mercado y banquillo, aun sabiendo que encontrar un sustituto adecuado para el reto no es fácil.

Fichajes

El Tenerife está dispuesto a apostar fuerte por uno de sus grandes objetivos en este mercado invernal. Pero hacerlo supondría mermar las posibilidades económicas para los otros dos objetivos. La decisión se tomará esta semana.

Salidas

No están previstas, pero se pretende abordar la problemática de un vestuario en el que no hay rupturas, pero sí actitudes que no han gustado. Reconducirlas es la intención inicial, pero no se descarta tomar medidas en caso de no lograrlo.

Lesiones

Las altas instancias del club han aceptado, aunque no de muy buen grado, las explicaciones sobre la "plaga de lesiones" (como ha dicho algún jugador) que está sufriendo la plantilla blanquiazul. Se exigirán nuevos estudios al respecto para mitigar el efecto de estas dolencias en el rendimiento del equipo.