La Liga le brindaba desde ayer una nueva oportunidad al CD Tenerife, que tras una decepcionante primera vuelta iniciaba la segunda mitad del campeonato ávido de recuperar posiciones en la clasificación, donde su desventaja es amplia para los objetivos marcados en Agosto. Hasta con seis bajas de peso se presentaba el equipo tinerfeño en La Romareda, y eso añadía dificultad al desafío de conquistar dos triunfos consecutivos a domicilio 20 años después. Por si fuera poco, un rival herido y con más necesidad que el propio Tenerife, esperaba empezar a escapar de la quema del descenso y de paso salvar el pellejo a su entrenador, un discutido y nada querido por la afición maña Natxo González.

Pero el equipo de Martí se empeña una y otra vez en dar la espalda a una temporada preñada de incorrecciones y vicios que no se borran. Eso, y con la desdicha añadida de las lesiones, desnudan cada semana al pobre equipo blanquiazul. Porque los problemas físicos también aparecieron en La Romareda, cuando en la primera media hora perdió por lesión a Lucas Aveldaño, tras un encontronazo con Borja Iglesias, y a Juan Villar, renqueante toda la semana, titular en Zaragoza y fuera de combate a los 30 minutos en una nueva lesión, esta vez con la colaboración de su entrenador, que lo echó a los leones sabiendo de la fragilidad del atacante onubense.

Pero antes de esos contratiempos, el Zaragoza se estaba merendando a un Tenerife calamitoso en sus primeros minutos. Avisó el Zaragoza muy pronto, y ya en el minuto cuatro Borja Iglesias pudo marcar, pero su disparo lo desvió a córner Camille. Lo que no pudo evitar la zaga tinerfeña fue el 1-0, a la postre el gol que le otorgó el triunfo a la escuadra zaragocista. Una asistencia de Borja Iglesias dentro del área iba a ser aprovechada por Jorge Pombo para batir a Dani Hernández desde el interior del área, ante la pasividad de la defensa blanquiazul, contemplativa y fría, que puso en bandeja la salida impetuosa y con ritmo de un Zaragoza con hambre. Porque el CD Tenerife iba a estar a merced del cuadro maño toda la primera parte, sin poder nivelar el juego, inclinado siempre hacia el marco de Dani.

Martí modificó el dibujo para montar un rombo en el centro del campo, y buscar así más contacto del balón con Juan Carlos, el más activo de los suyos anoche, pero ni por esas pudo el equipo visitante inquietar la portería defendida por Cristian Álvarez. Cerca de la media hora de juego pudo el Real Zaragoza hacer el segundo gol, pero esta vez Alberto desvió sobre la raya el tiro del incisivo Borja Iglesias. Sin embargo, tuvieron los de Martí la gran -y casi única- ocasión de empatar en el minuto 32, cuando un buen centro de Juan Carlos lo remató de cabeza Malbasic -que había sustituido al lesionado Villar-, pero el guardameta argentino del Zaragoza despejó con acierto.

No es que el cuadro local fuera un dechado de fútbol, pero con las muchas limitaciones que tiene el conjunto de Natxo González, fue más sobrio que el caótico Tenerife, al que tampoco sentó bien el descanso, pese a que en la segunda mitad iba a disponer de un buen puñado de contragolpes que no supo aprovechar. Bajo la insistente lluvia que caía sobre Zaragoza, iba el combinado aragonés a tener la gran ocasión para sentenciar el partido, a raíz de un penalti más que dudoso que el colegiado balear iba a señalar tras un tibio empujón de Alberto sobre Borja Iglesias. El mismo delantero gallego se encargaría de lanzar, pero su disparo lo repelió el poste y el Tenerife se iba a salvar de un resultado más abultado (54''). La tentación de fulminar al rival propiciaba que hubiese, poco a poco, más espacios en la retaguardia zaragocista, pero la candidez blanquiazul evitaría que el Zaragoza pudiese lamentar su desorden y osadía.

En uno de esos contragolpes, Suso pudo anotar, pero estaba en claro fuera de juego y su posterior remate dentro de la meta de Cristian acabaría invalidado. Al Tenerife ya no le quedaban fuerzas ni fe cuando José Luis Martí dio entrada al jóven Brian Martín faltando 15 minutos para acabar el partido. Un cambio exento de riesgo, ya que el entrenador mallorquín sacó a Suso y apenas tocó nada para apretar al Zaragoza.

El partido concluyó con la impotencia del CD Tenerife, que es incapaz de reconducir su mala trayectoria y que se vuelve a alejar de su principal objetivo.

1-0

ZARAGOZA tenerife

Real Zaragoza: Cristian Álvarez (1); A. Benito (1), Verdasca (2), Grippo (1), Lasure (1); Eguaras (2), Javi Ros (1); Raúl Guti (2), Aleix Febas (1), Pombo (2) y Borja Iglesias (1). En el minuto 80, Febas dejó su puesto a Vinicius (s.c.); en el minuto 87, Zapater (s.c.) sustituyó a Pombo; y en el 93'', Delmás (s.c.) entró por Ros.

CD Tenerife: Dani Hernández, Rául Luis Pérez, Aveldaño, Alberto, Camille; Vitolo, Bryan Acosta, Aitor Sanz; Juan Carlos Real, Suso y Juan Villar. En el minuto 20, Aveldaño dejó su puesto a Jorge; en el minuto 30, Malbasic sustituyó a Villar; y en el 76'', Brian Martín entró por Suso.

Árbitro: Guillermo Cuadra Fernández (1), del Comité Balear, asistido por Daniel Palencia Caballero y Rafael Rodríguez Rotger. No estuvo mal, pero se equivocó en el penalti a favor del Zaragoza. Amonestó a Camille (12'') y José Luis Martí (37'') por parte tinerfeñista, y a los locales Borja Iglesias (82'') y Raúl Guti (85'').

Goles: 1-0, m. 6: Asistencia de Borja Iglesias a Pombo que bate a Dani de tiro raso y potente.

Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 22 de la Liga 1 2 3 disputado en La Romareda ante unos 12.000 espectadores. Césped en irregulares condiciones y noche fría, con unos 5 grados y con una persistente lluvia. El Zaragoza vistió su uniforme habitual y el Tenerife usó su equipación rosa solidaria. El club blanquiazul guardó luto por el reciente fallecimiento del futbolista hondureño, Juan Carlos García, exjugador tinerfeñista en la campaña 14-15. Tyronne, con gastroenteritis, y Nahuel, fueron los dos descartes de Martí para este partido. Unos 20 seguidores del CD Tenerife estuvieron en la grada del feudo maño.