José Luis Martí Soler (Palma de Mallorca, 28/04/1975) cumplió el pasado sábado dos años como entrenador del CD Tenerife. Lo hace en un mal momento, empatando contra el colista de Segunda y lejos de los puestos que ansía. Las dudas crecen en el entorno pero él, que nunca fue un regateador como futbolista, sí ejecuta ese quite con habilidad en el discurso de máximo responsable técnico.

Se cumplen dos años de su llegada. ¿Qué se siente?

Pues la verdad es que estoy contento y me siento orgulloso porque no es fácil durar tanto tiempo en un equipo y, viendo las evoluciones de mis antecesores en el cargo, han sido pocos los que han estado dos años aquí. Me gustaría seguir aquí, intentando hacer las cosas mejor y llevar al Tenerife donde realmente se merece. Pero sobre todo contento con la evolución desde el punto de vista del entrenador.

¿Dónde estaba cuando le llama Alfonso Serrano para ofrecerle el cargo?

Pues estaba en casa y salí rápidamente de la cocina, que estaba con mi mujer y los niños. Se asustaron un poco al ver mi reacción y al volver me preguntaron. Les dije que no era nada porque no quería decírselo hasta que fuera cierto del todo. Mi mujer es una enamorada de la Isla, iba a estar encantada de vivir aquí y no quería que se ilusionara y luego no llegara a buen fin. Entablamos una conversación en la que les conté cómo veía yo el fútbol y llegamos rápido a ese acuerdo.

¿Ha pasado el tiempo volando?

Sí, parece que fue ayer. Los días pasan volando, pero suceden muchas cosas. Parece que han transcurrido cinco años, pero que han pasado rápido. He disfrutado mucho porque estoy en una profesión apasionante, viviendo cosas que no había vivido anteriormente. Ahora tomo decisiones importantes y veo las cosas distintas.

¿Cuál ha sido su mejor y su peor momento en esta etapa?

El peor está claro. Cuando no somos capaces de hacer ese gol que necesitamos. Estábamos todos pensando en que se iba a conseguir, lo creíamos ciegamente. Fue un palo bastante gordo. En cambio, no creo que haya un mejor momento. Me quedo con el día a día, con la suerte de tener unos colaboradores que me han ayudado mucho. En lo deportivo me quedaría con las dos victorias iniciales ante Alavés y Albacete porque me dieron confianza ante los jugadores para trabajar.

¿Qué queda del José Luis Martí que llegó hace dos años para iniciar esta nueva etapa?

Queda la esencia como visión de fútbol, de la manera ver y entender tanto el juego como la vida. El hecho de manejar cada circunstancia diaria como si fueran las últimas, como si nos fuera la vida en ello. Eso no lo voy a cambiar. Sí he ido evolucionando en la toma de decisiones, en mejoras en los entrenamientos y en los análisis de los partidos. Tratas de hacerte mejor entrenador y mejor director de grupo. Creo que lo he conseguido. En los momentos de exigencia, de apretar las tuercas a los jugadores o al club, creo que lo voy llevando mejor.

¿Hay muchas cosas que no son exactamente como se las esperaba?

Son mejores o, al menos, diferentes. Lo más importante es conocer a las personas que tienes que dirigir. A partir de ahí, sacar el máximo rendimiento. Luego, gestionar entrenamientos y viajes. Al final, la persona más influyente es el entrenador porque es el que habla dos veces en semana y el que siempre está en medio. Por eso, hay que mandar el mensaje más correcto y más conciso. Supongo que en otras ciudades y en otros clubes será algo diferente.

Llegó a un equipo deprimido, en medio de un mal inicio de Liga, lo salvó y lo ilusionó, luego lo clasificó para el "playoff"?

Tengo muy claro, y mis amigos lo saben, que hay que superar lo que hemos conseguido. Teníamos que superar una eliminatoria más de Copa del Rey. Y en Liga lograr esa palabra que todos deseamos.

Pero que usted no pronuncia (ascenso).

Nunca la diré (sonríe).

Vamos, que la presión se la mete usted mismo.

Igual no es la palabra presión, sino responsabilidad. El cirujano que tiene que operar a alguien de corazón tiene responsabilidad, pero no puede sentir presión. El objetivo, cuando hablamos de renovación, era para tener un equipo lo más competitivo posible en Primera. La idea era no sufrir, sino asentarnos en la categoría. Y si no se lograba, ser un claro aspirante al sueño.

¿En qué medida nos condiciona a todos ese 24 de junio?

El pasado no sirve. Hay que mirar hacia adelante.

¿Ha vuelto a ver ese Getafe-Tenerife?

Lo he visto tres o cuatro veces, he dado vueltas a ver si tenía que haber hecho las cosas de otra forma. Analizas, intentas interpretar qué podías haber hecho o qué circunstancias se dieron.

¿Se castiga uno mucho?

No. Hay que tomarlo como una experiencia por si se vuelven a dar esas circunstancias.

Este año se ha construido un equipo más ambicioso por las posibilidades económicas. ¿Mira uno la tabla de otra forma?

No es lo primero que miro. Entiendo que si jugamos como en Lorca perderemos mucho y si lo hacemos como contra el Osasuna, ganaremos mucho. Lo importante es que el equipo esté bien armado, que sepa lo que tiene que hacer en cada fase del partido. Me gustaría estar el primero porque eso ayudaría a generar confianza y un mejor ambiente en el grupo, en el club y en la Isla. Porque al final todo el mundo asciende. No es el cuerpo técnico, sino la Isla. Necesitamos el apoyo de todo el mundo.

¿Cómo califica entonces este inicio de Liga?

Estamos encontrando cuál es la manera de actuar y de competir, tener la idea clara. Eso no puede faltar. El bagaje en casa es importante e interesante. Tuvimos mala fortuna contra Osasuna y sumamos otros dos empates con un jugador menos. Fuera nos está costando, pero como al resto de equipos. Sí es verdad que hemos ganado tres partidos, dos de ellos en Copa. Pero en esta competición cualquier equipo puede estar entre los seis primeros. Independientemente de la calidad que tenga cada uno, que posiblemente tengamos más que muchos y eso ayuda, es importante el aspecto mental. Los 22 equipos se creen capaces de ganar al rival. Lo más importante en el fútbol es saber gestionar los buenos y los malos momentos. Que no haya exceso de relajación en unos ni nerviosismo en los otros. Hay que seguir creyendo y trabajando. Hay que insistir hasta que la cosa salga. Un jugador agarrotado o un entrenador agarrotado no rinde al nivel que tiene.

En su caso, ¿la procesión va por dentro? ¿Ha temido por no sacar adelante el equipo o verse fuera?

Mi profesión es la que es y depende de los resultados. Es algo tan habitual que no debe ponerme nervioso. Lo único que te puede generar mayor preocupación es encontrar la manera de convencer a los jugadores de lo que quieres transmitirles. Hasta hoy lo hemos conseguido. Dudas tengo para hacer la alineación, pero esas son las que yo quiero.

Ahora que lleva dos años, no sé si se plantea cómo será el final de su etapa en el Tenerife y cómo le gustaría.

Yo solo me planteo conseguir los tres puntos en el siguiente partido. Supongo que para todos los jugadores y aficionados, ojalá esté aquí el año que viene y el siguiente. Eso solo tiene una explicación: que las cosas que se buscaban se han conseguido. Todos tenemos ese objetivo común. ¿Que luego el fútbol gusta más o menos? Pero si están criticando a Simeone y ha conseguido lo que nadie, tener al Atlético casi en lo más alto durante siete años. Zidane ha ganado dos Champions y ahora parece que no sabe entrenar. Guardiola fue criticado también.

¿Por qué ha perdido el equipo su sello, su identidad de la temporada pasada?

Nosotros debemos jugar en función de los jugadores que tenemos. No podemos jugar igual si la plantilla es diferente. Se trata de encontrar alternativas para hallar lo que queremos. Ahora tenemos mucha gente de ataque, aunque no por poner cantidad se ataca mejor. Tenemos que hacer lo que hemos visto en casa, en Barcelona o en Lugo. La gente que ha ido llegando también ha salido del equipo por circunstancias y hemos ido trabajando para que vayan asimilando la idea. Es verdad que el equipo debe asumir que en cada acción les va la vida. Pero no confundamos agresividad o intensidad con defender. Eso no es así. También vale para el desmarque, el pase, el remate? Esa agresividad ofensiva también marca la posibilidad de ganar.

En Lorca habló de amor propio. ¿Eso es actitud?

Es que falta de actitud no he notado nunca. A veces se confunde con la interpretación de lo que debo hacer en el campo, con las tomas de decisiones. Eso es lo que te hace mejor que el rival. Los jugadores tienen claro mi mensaje.

Cuando los equipos superan esa presión alta le suelen crear problemas al Tenerife, al que le cuesta ganar esas segundas jugadas o atacar en estático, recorriendo muchos metros. ¿No cree?

A veces, cuando iniciamos esa presión, pues tenemos los jugadores que tenemos. Por eso, hemos situado en rombo al equipo para darles mayor libertad y buscando alternativas. No creo que el problema sea defender cuando estamos replegados más allá de que estamos cerca de nuestra área. Sí que salimos bien a la contra con velocidad, a través del pase diagonal o del pase al espacio. No es de nuestras peores facetas. En cuanto a sacar el balón desde atrás, tenemos claro que hay que hacerlo. Nos está costando más hasta que llegamos a tres cuartos. A partir de ahí, tenemos esa creatividad. Pero los rivales también juegan y vienen a presionarnos. También podemos buscar otros recursos, un pase largo siguiendo determinadas pautas. En esas circunstancias hay que ganar los duelos individuales. La presión tras pérdida tampoco la podemos variar. Hay tres equipos que han variado su sistema por cómo jugamos. Hoy en día, Tenerife y Osasuna juegan con dos delanteros claros. Muchos juegan con uno y un mediapunta.

Precisamente le iba a preguntar por algo relacionado con eso. Juan Villar, Longo y Malbasic no han coincidido en el campo.

Nosotros a Juan lo consideramos más delantero que banda. Pero puede que algún partido lo juegue ahí. No obstante, él busca muy bien el espacio, la espalda de los centrales. Eso genera dudas al rival y los hace retroceder. Por eso necesitamos a ese tipo de jugadores como Nano el primer año o Amath el año pasado. Filip, Samuele o Víctor no son tanto de picar al espacio, aunque lo puedan hacer en momentos puntuales. ¿Que van a jugar juntos? Seguramente. ¿Cuándo? No lo sé. Me gustaría tenerlos a todos disponibles para alinearlos, ya sea de inicio o como revulsivos. Muchos partidos, no nos olvidemos, los ganan los jugadores de refresco.

Dibujo táctico y once inicial sin definir. Usted, pese a las críticas, entiende que eso es una ventaja.

Para mí es una ventaja. A todos nos gusta recordar un once y tenerlo claro. Normalmente es lo que suele pasar en la mayoría de los equipos. Y nosotros seguramente que llegará el momento en el que encontremos algo de eso. Pero no me preocupa lo más mínimo. El dibujo tampoco lo hemos cambiado del 4-4-2 más allá de situar a los jugadores en posiciones más intermedias para recoger esas segundas jugadas, ser más agresivos, controlar mejor el juego? Porque con dos jugadores arriba y dos laterales que son capaces de llegar lo podemos hacer. El proceso y la evolución del sistema viene a ser el mismo. Estamos jugado 4-4-2 con o sin rombo, con Juan Carlos metiéndose por dentro para generar dudas al rival. Y luego, en momentos puntuales, tenemos la habilidad por fuera de Suso si es lo que necesitamos. Es un jugador importantísimo para nosotros. Cuando él desequilibra uno contra uno nos ayuda mucho.

Hábleme de las lesiones.

Si nos ponemos a analizar Primera y Segunda es lo que va sucediendo a todos los equipos. Lo hemos analizado y estamos mejor que otros equipos en ese aspecto. Pero no pongo excusas. El "es que" lo empleo mucho para decir que es de perdedores. No me voy a lamentar por tener o no tener. Lo bueno es que he tenido tres o cuatro bajas en cada partido y el once que ha salido lo firmaría casi cualquier equipo de Segunda.

Pero son demasiadas y eso da que pensar en qué se puede mejorar. Hay jugadores, como Edu Oriol o Amath, que no estaban contentos el año pasado.

Nosotros lo analizamos todo y, por eso, hemos incorporado la figura del readaptador. Hemos hecho un trabajo un informe en cuanto a la evolución de las lesiones y nos centramos en que no haya recaídas. Las lesiones son circunstancias del propio fútbol y siempre llegan en el peor momento. Nos pueden preocupar las musculares porque es ahí donde debemos manejar las cargas de trabajo. Nos perjudican también los viajes, en los que pasamos los periodos de recuperación viajando. Otra cosa son los golpes.

¿Con Vitolo, Aitor Sanz y Bryan Acosta juntos ha rendido mejor el equipo?

Sí es cierto que ha rendido bien el equipo cuando han estado tres. No puntualizo en ellos tres. La capacidad de circular, de hacer un control-pase, nos da mucho. Entender el juego, la presión, la agresividad y las segundas jugadas es algo que hacen muy bien. Nos permite tener continuidad en el juego, aunque el día del Nástic hicimos uno de los mejores partidos y estaban dos.

¿Pero necesita más este equipo jugar con tres medios que el del año pasado?

Es una de las opciones. A lo mejor el año pasado teníamos jugadores arriba que nos podían echar una mano más defensivamente o entender otro tipo de cosas. Pero las cualidades de cada uno son las que son. Filip (Malbasic) es un jugador espectacular al que le cuesta mucho entender el ritmo de esta Liga. Para él es diferente y más exigente que en Serbia. A nuestros jugadores de ataque les exijo sobre todo la agresividad ofensiva.

¿A qué cree que se debe el runrún que hay en el Heliodoro con Dani Hernández?

Los jugadores tienen mucha competencia. Cuando uno no juega es porque hay otro que también lo hace bien. Los que verdaderamente sufren, corren, juegan y ganan o pierden son los jugadores. En un puesto tan específico como el de Dani nos perjudica ese runrún. Es algo que me gustaría que no sucediera, pero yo no puedo decirle a la gente que haga una cosa o la otra. Si me pidieran consejo a mí, diría que lo mejor para el equipo es que aplaudan a su equipo hasta el minuto 95.

Igual es algo natural porque cuando hay un joven detrás la afición lo quiere ver. Pasa mucho.

Dani habrá podido estar más o menos acertado, incluso puede que estuviera mejor el año pasado. Aunque viene de algún buen partido en Lorca o Sevilla. ¿Que ha cometido errores? Claro. Pero eso es humano. Y los de los porteros se castigan más. Pero si un delantero falla también cuesta un gol.

Tiene usted una columna vertebral muy veterana. ¿Cree que están ante una de sus últimas oportunidades de jugar en Primera?

Yo no diría la última. Que esta es la oportunidad en mayúsculas sí. Sobre todo por el potencial que tiene este grupo. Pero para mí nunca hay última.

Lanzadores. Hasta nueve jugadores han tirado faltas en este inicio de Liga.

Yo pongo a tres jugadores en cada partido y, en función de la ubicación, ellos deciden según lo indicado. Juan Carlos, Bryan o Tyronne e Iñaki por el otro perfil pueden golpear. Hay veces que no han estado. En los penaltis también ponemos tres. El primero es el que tiene que tirar. En Lorca el primero era Filip, pero recibió un golpe y lo lanzó Juan Carlos. Mira, en las faltas golpea muy bien Jorge también desde lejos.

Hábleme de la Liga. Los tres recién descendidos están enchufados a diferencia de otros años.

Puede que tengan tres de las mejores plantillas, pero me sorprende más que todos los equipos hayan entendido que esto es una guerra de 42 batallas y que hay que sudar tela y estar en la mejor versión cada vez. Nosotros conocemos el camino del año pasado, aunque tengamos jugadores que deben entenderlo también porque llegan de otras competiciones.

Con ese grado de dificultad, ¿no estamos desdibujando un poco la posibilidad del "playoff"? Pensando que es poco, que solo vale el ascenso directo.

No sé lo que dice el entorno porque los que vienen por la calle me suelen animar más que otra cosa. Sí noto que quieren ese ascenso directo, pero es algo normal. El Girona estuvo dos años sin subir en un "playoff". Es cierto que jugamos contra el más potente de la categoría, con jugadores de mucha experiencia, pero estábamos en la posibilidad de conseguirlo. Y esa desilusión quizás nos lleva a pensar en evitar las eliminatorias. Pero estamos en la jornada 12. La realidad es que estamos en el puesto que estamos, debemos sumar de tres en tres para poder luchar por lo que queremos. Eso sí, no tengo ninguna duda de que el equipo va a pelear y en junio va a estar cerca de lo que todo el mundo quiere y desea. Ojalá que sea con el objetivo cumplido.

Rueda de prensa de José Luis Martí