El Tenerife sale del partido de ayer más entero y fortalecido con este punto que con los anteriores empates en casa, porque el fondo de la cuestión, que es el juego, esta vez no merece ni un reproche. Bueno, siendo exigentes hay que aspirar a mejorar la eficacia en el remate, aunque este aspecto es, como sabemos, cuestión de rachas. El jueves y ayer, dos colosos, Diego López y Sergio Herrera, lo pararon todo.

Este Tenerife, que ha adolecido todo el año de una identidad de juego reconocible, interpretó muy bien el partido de ayer, fue superior en todas las zonas del campo, obligó al rival a cambiar su sistema defensivo y lo empujó a su área, pero no logró hacer el gol que mereció sobradamente. Por fallar, malogró hasta un penalti. Es muy recurrente echar de menos cosas cuando no se gana, pero esta vez hay que entender que el tropiezo es casi casual.

Martí tramó el partido atendiendo a los peligros de su rival. Por eso alineó dos líneas de cuatro y puso pegado a la banda derecha a Bryan Acosta, que cerró los caminos a Clerc. En la izquierda, Juan Carlos, con tendencia a caer por zonas interiores. Al equipo le costó tomar el mando del partido, porque Osasuna cogió el balón y lo tocó bajando el ritmo, para impedir que los blanquiazules pudieran correr. Poco a poco, con las consabidas dificultades que tiene para sacar la jugada desde atrás (solo Aitor manejó el balón), el Tenerife fue comiendo campo a su rival en base a su buen ajuste de las líneas para ganar las segundas jugadas tras su inicio en largo. El equipo se anticipó en los rechaces, recuperó el balón más rápido y tuvo algo más de continuidad en sus ataques. Eso permitió que Bryan y Juan Carlos fueran interviniendo más por dentro, creando desajustes al rival y jugando de cara a los espacios para el mano a mano que tenían Malbasic y Longo con Aridane y Oier. De esta forma, Bryan remató de cabeza por primera vez (24'') con peligro. El dominio creciente en el conjunto local produjo pronto una de esas ocasiones que solo se fallan cuando las dinámicas (negativas) se imponen. Era el minuto 28: disparó Juan Carlos, respondió con una buena parada Herrera, la pelota quedó suelta en el área pequeña, remató Malbasic y se agigantó otra vez el portero, para rechazar más largo a una zona por donde apareció Bryan para fusilar, el balón llegó a un palmo de la línea de gol, lo empujó Longo y lo salvó Aridane. Parece increíble, pero no entró. Luego, antes del descanso, con Osasuna ya muy atrás -había empezado muy mandón con su 4-4-2-, todavía Longo rondó el gol con una fenomenal volea en el 37''.

No hay mejor indicio para entender lo que estaba sucediendo progresivamente en el campo, que asociar a ello la decisión de Diego Martínez, que colocó un tercer central y pasó a defensa de cinco (para tener un libre que protegiera a sus marcadores), centrando a De las Cuevas en la media punta para enganchar con él y desahogar a su equipo. No logró ninguno de sus propósitos, porque Longo siguió por encima de sus centrales y porque su equipo acabó replegado, perdiendo tiempo y con 8 jugadores amonestados... En una de esas acciones del italiano, Oier lo agarró y el árbitro pitó un penalti que Malbasic lanzó mal, para favorecer la parada de Sergio Herrera (56''), que se fue creciendo hasta abortar una tras otra la ristra de ocasiones de un Tenerife al límite de su intensidad, agresivo, valiente para ganar todas las disputas y, también, algo precipitado cerca del área. Herrera le paró un cabezazo a Longo (62''), un remate a Malbasic (68''), un disparo a Villar (80'') y un cabezazo a Carlos Ruiz (82''). Muy protegido por un equipo que no se achicó e incluso trató de armar alguna contra, que fue restada por el Tenerife, muy atento en el balance defensivo. Su entrenador fue refrescando zonas en las que Osasuna podía intentar quedarse más tiempo con el balón, puso a Xisco en lugar de Quique y le dio entrada a Torró en el pivote para que aportara frescura.

Martí tiró de Juan Villar y lo puso de delantero en lugar de Longo, que se supone que estaba acusando su inactividad, aunque para el tipo de partido que estaba jugando, en espacios cortos, su presencia era muy importante. Luego quitó a Juan Carlos y metió a Tayron, que se lio con la pelota otra vez, en jugadas frontales a la portería.

El partido, que conforme a la teoría de Martí esta vez sí duró 95 minutos, murió en un escenario diametralmente opuesto al del comienzo, con el Tenerife volcado y el Osasuna encerrado, perdiendo tiempo y aliado con el cronómetro. Unos se fueron contentos con el punto y los otros, con las sensaciones de su juego.

0-0

tenerife osasuna

CD Tenerife: Dani Hernández, Luis Pérez, Jorge, Carlos Ruiz, Iñaki; Vitolo, Aitor Sanz, Bryan Acosta, Juan Carlos, Malbasic y Longo. En el minuto 71, Villar entró por Longo y en el 81, Tayron, por JUan Carlos.

Osasuna: Sergio Herrera (3); Lillo (1), Aridane (2), Oier (2), Clerc (1); Fausto Tienza (1), Arzura (1); Quique (0), De las Cuevas (0), Mateo (0) y David Rodríguez (0). En el descanso se quedó en el vestuario Mateo y entró en su lugar Unai García (1); en el 58'', Xisco relevó a Quique; y en el minuto 72, Lucas Torró (1) sustituyó a Arzura.

Árbitro: Jorge Figueroa Vázquez, del comité andaluz. (1). Bien, sin grandes errores en un partido complicado de arbitrar. Los asistentes estuvieron a la altura en jugadas que podrían haber sido clave, como el gol anulado a Osasuna por fuera de juego de David Rodríguez, que estaba ligeramente adelantado. Acertó en el penalti. Luego el partido se puso bronco y necesitó hacer uso de las tarjetas para mostrar hasta diez: por el Tenerife la vio Vitolo (88'') y Tayron (89''); y por el Osasuna, Fausto Tienza (56''), Oier (56''), Sergio Herrera (56''), Aridane (67''), Arzura (69''), Unai García (89''), De las Cuevas (91'') y Quique (94'').

Incidencias: Partido de la decimosegunda jornada de la Liga 1 2 3, disputado en el estadio Heliodoro Rodríguez López ante 13.762 espectadores. Tarde agradable y terreno de juego muy resbaladizo en algunas zonas bajo Tribuna. El CD Tenerife lució su indumentaria habitual y el Osasuna vistió completamente de rojo. Antes del inicio del encuentro se guardó un minuto de silencio en recuerdo de Manolo Sanchís, exjugador del Real Madrid y extécnico blanquiazul en las temporadas 77/78 y 78/79, fallecido el pasado sábado.