Un escenario como el Carlos Tartiere, ante un rival de solera como el Real Oviedo, obliga siempre a dar tu mejor versión, y para el CD Tenerife además, demostrar que los elogios del técnico del cuadro asturiano no eran halagos gratuitos. Juan Antonio Anquela había advertido de que en el feudo oviedista se presentaba "la mejor plantilla de la categoría". Un aviso que servía además para activar a sus jugadores de cara al partido de anoche. El Tenerife, que llegaba a Oviedo con el lastre de tres derrotas en sus últimas tres salidas, en las que además no había marcado ningún tanto, buscaba en el Tartiere un triunfo que confirmara las credenciales de firme aspirante a todo esta temporada, y ofrecer esa versión de poderío que ha enseñado en casa en lo que va de Liga.

Pero nada más lejos de la realidad para un Tenerife que zozobró en la primera parte a merced de un Real Oviedo que fue muy superior en todas las facetas del juego. Con Montañés como única novedad en el "once", el plan de Martí no dio resultados en los primeros 45 minutos, y los asturianos fueron apareciendo una y otra vez por las inmediaciones de Dani Hernández gracias a la calidad, y una sobremotivación evidente, de Aarón Ñíguez, que junto a Saúl Berjón se movían por todo el frente de ataque trayendo en jaque a la zaga blanquiazul. Pero es que, además, el Tenerife sin la pelota tampoco funcionaba con la claridad que se espera de muchos de sus jugadores. Solo una jugada personal de Paco Montañés, que sorteó a varios rivales hasta que fue derribado cerca del área, iluminó de manera tenue a un equipo que se achicó ante el asedio del Oviedo, que supo poner un ritmo elevado de juego para ir minimizando a los de Martí. Así y todo, Malbasic pudo gozar de un mano a mano delante de Juan Carlos, pero el asistente de Ocón Arraiz levantó la bandera señalando un fuera de juego inexistente, y que podía haber supuesto el 1-1. Pero tantas llegadas y control de los azules iban a tener premio en el minuto 19, cuando una arrancada de Aarón Ñíguez, el mejor de los de Anquela, sirvió para filtrar un pase que dejó solo a Saúl Berjón para que pusiera el uno a cero. Poco después, otra acción de Ñíguez casi vale para el segundo de los ovetenses, pero su tiro lo desvió Dani Hernández no pudiendo llegar Rocha al rechace.

Con un Tenerife perdido y desarbolado, todavía pudo el Oviedo marcar justo antes del descanso, en otra gran jugada del omnipresente Aarón que reclamó penalti por un golpe de Cámara con el brazo cuando penetraba en el área; a renglón seguido, el Tenerife armaba una contra clara cuando el colegiado riojano pitó el final de la primera parte, provocando las airadas protestas de Martí y sus futbolistas en una acción en la que Juan Carlos se marchaba solo, con Malbasic esperando su pase, por la banda derecha.

El descanso sirvió para que Martí se decidiera a darle algo más de llegada al Tenerife con la sustitución de Villar por Montañés. El onubense iba a ser decisivo, y junto a la entrada de Tyronne en el minuto 55, le dieron más mordiente y atrevimiento a los blanquiazules, muy apocados hasta ese momento. Pero nada más empezar la segunda mitad, una pérdida de Aitor Sanz casi propicia el 2-0, con una jugada rápida en la que Saúl no acertó para ver portería en una jugada extremadamente peligrosa a los 20 segundos de la vuelta de vestuarios. Salió vivo el Tenerife de esa jugada, y el empate iba a llegar en una acción parecida al gol del Oviedo, siendo Aitor Sanz el perfecto asistente para que Juan Villar empatara de un trallazo inapelable dentro del área (67''). El pase de Aitor fue sensacional, y el remate de Villar corroboró la calidad para definir del ex del Valladolid y Cádiz. Fue entonces cuando al Oviedo le entraron las dudas al ver de nuevo como una ventaja en el marcador era liquidada por un rival. Los de Anquela marcan en todos los partidos, pero sufren para luego conservar o ampliar la renta a favor. No es que el Tenerife hiciera una segunda parte para enmarcar, pero sí que supo interpretar mejor qué hacer con el balón, cerrando mejor en defensa y dejando que Toché se quedara sin suministro.

Mientras el Oviedo protestaba cada falta en la que el colegiado no les correspondía, el Tenerife asentó su juego y contemporizó en los minutos finales para acabar sumando un punto que no despeja las dudas fuera de casa pero que vale mucho.

1-1

OVIEDO TENERIFE

Real Oviedo: Juan Carlos (1); Cotugno (1), Héctor Verdés (1), Carlos Hernández (1), Mossa (1); Forlín (1), Ramón Folch (2); Sául Berjón (2), Aarón Ñíguez (3), David Rocha (1) y Toché (1). En el minuto 47, Verdés dejó su puesto a Valentini (1); en el minuto 80, Linares (s.c.) sustituyó a Rocha; y en el 90'', Owusu (s.c.) entró por Ñíguez.

CD Tenerife: Dani Hernández, Raúl Cámara, Jorge, Aveldaño, Iñaki; Vitolo, Aitor Sanz, Montañés, Juan Carlos, Malbasic y Víctor Casadesús. En el descanso, Juan Villar sustituyó a Montañés; en el minuto 55, Tyronne entró por Juan Carlos; y en el 83'', Alberto reemplazó a Malbasic.

Árbitro: Daniel Ocón Arraiz (1), del Comité Riojano, asistido por Miguel Ortuño Sierra y Enrique Acero Pradera. Amonestó a Alberto (91''), por parte tinerfeñista, y a los locales Verdés (9''), Berjón (23''), Mossa (63''), Aarón (65''), Carlos Hernández (75'') y Toché (91'').

Goles: 1-0, m. 19: Jugada por la izquierda de Aarón Ñíguez, que mete un pase al área donde Saúl Berjón aparece solo para definir ante Dani; 1-1, m. 67: Asistencia de Aitor Sanz a Juan Villar, que gana la espalda a la defensa asturiana y con un gran disparo fusila al meta oviedista.

Incidencias: Partido de la novena jornada de la Liga 1 2 3, disputado en el estadio Carlos Tartiere ante 13.701 espectadores. Césped en buenas condiciones y noche fresca con unos 14 grados. El Oviedo vistió su uniforme habitual y el Tenerife usó su equipación solidaria. El consejero Francisco Mares y el secretario técnico Alfonso Serrano representaron al club insular en el palco. Un pequeño grupo de seguidores blanquiazules animó a su equipo en uno de los laterales del Carlos Tartiere.