La participación del Tenerife en la promoción de ascenso comenzó con una insuficiente versión de los blanquiazules, que se vieron superados por el Cádiz en el juego y el resultado. Lo mejor para los tinerfeños fue que la derrota no fue abultada y que queda el partido de vuelta. Toca remontar pasado mañana en casa.

Martí tomó un camino intermedio entre el modelo que, por ejemplo, le sirvió al Tenerife para ganar en Liga en Cádiz por 0-1, con tres mediocentros, y el que acabó dándole el empujón al equipo hacia la promoción, el de las últimas jornadas. En lugar de formar un triángulo con Vitolo, Alberto y Aitor, como en marzo, lo hizo con Shibasaki por el majorero. Pero el japonés no fue el volante más adelantado, sino Aitor. Fue el matiz que introdujo, aparte del regreso de Amath por un Lozano que llegó a la cita condicionado por el golpe en la rodilla que sufrió en La Romareda. Su oponente, Álvaro Cervera, también trató de sorprender. Y lo hizo prescindiendo de entrada del goleador Ortuño. Con Rubén Cruz llevó al extremo la vocación del Cádiz de presionar, recuperar y atacar rápido.

En ese aspecto, el guion entró dentro de lo esperado. El Tenerife trató de ser protagonista con la pelota, pero el equipo local supo ahogar su salida. Así, obligó más de una vez a Dani a sacar en largo y provocó alguna que otra pérdida para lanzarse con sus especialistas, los extremos Salvi y, sobre todo, Álvaro, muy incisivo, todo un desafío para Raúl Cámara.

A todo esto, el Tenerife procuraba insistir, pero con enormes dificultades. Debía superar en cada metro un obstáculo tras otro y las conexiones no se establecían. Gaku no lograba intervenir con constancia, los interiores estaban en esa misma tesitura y Amath, sin la chispa de su mejor versión, parecía algo aislado. El primer tiempo se agotó sin sobresaltos para el portero cadista, Cifuentes.

Todo lo contrario que para Dani. Cumplió en esa fase, aunque se vio superado en el minuto 13 con un remate de cabeza de Aridane. El gol fue mal anulado por el árbitro por una falta en ataque.

No fue la única aproximación de los amarillos a un 1-0 antes del intermedio. Cruz no culminó un pase al área en la primera jugada de peligro, Salvi disparó desviado tras una veloz transición, Álvaro perdonó en otra contra...

El Cádiz avanzaba en el partido con mejores sensaciones y más ocasiones. Había llevado el partido a su terreno, sacando al Tenerife del suyo. No había sido el blanquiazul, a lo largo de la temporada, un equipo acostumbrado a "regalar" el balón en su campo, cerca de su área. Y el rival propició esas pérdidas a base de presión. La tendencia estaba clara y Martí buscó una solución antes del descanso: atrasó a Aitor Sanz para fortalecer el centro y adelantó a Gaku.

El segundo período arrancó con otro episodio del duelo entre Álvaro y Dani. Apuntó el extremo a la escuadra, desde la frontal del área, y respondió el portero. Fue un indicio de que el encuentro no iba a dar el giro deseado por Martí, aunque Gaku logró filtrar un pase al área hacia Amath, sin ningún éxito, antes de que Álvaro volviera a poner a prueba a Dani.

A la hora de partido todo seguía igual. O mejor dicho, peor para los intereses del Tenerife. Salvi lanzó a la base del palo y poco después Aketxe estrelló contra la barrera una falta a medio metro del área. Realmente, se veía venir el tanto del Cádiz, y terminó llegando con un potente lanzamiento de Aketxe.

Poco antes, Martí había movido piezas: puso a Gaku y a Amath en las bandas y dio entrada al campo a Lozano y a Alberto. Más tarde lo intentó con Suso. Aún así, no funcionaba el Tenerife. Solo un ensayo de Lozano metió algo de miedo a la afición local. Ningún balón tinerfeño fue dirigido entre los palos. El Cádiz fue más intenso y certero. Pero dejó vivo a su rival con vistas al segundo asalto.