Los dos goles de El Alcoraz representan algo más que el valor del punto conquistado por el Tenerife en el feudo de un rival directo como la SD Huesca. Suponen el regreso de la mejor versión de Antony Lozano, llamado a ser su referencia goleadora en la presente temporada y que vivía a la sombra de Amath N''Diaye y lastrado por una lesión que lo tuvo fuera de los terrenos de juego demasiado tiempo.

Choco empezó bien la temporada. Llegó tarde a la Isla porque participó en los Juegos Olímpicos de Río 2016, donde el combinado catracho conquistó la cuarta plaza después de acceder a semifinales dejando por el camino a Argentina y caer en semifinales ante la anfitriona Brasil. El delantero blanquiazul marcó tres tantos en esta cita. Se estrenó en la Liga en la jornada dos ante el Sevilla Atlético y anotó el gol del empate para marcharse, a continuación, a jugar con la Absoluta de su país dos compromisos clasificatorios para el Mundial de Rusia 2018.

Tal desgaste físico acabaría pasándole factura. Después de una sequía de siete semanas (incluso lanzó al larguero un penalti en Reus), volvió a ver portería ante el Rayo. En menos de media hora forzó dos amarillas, anotó el 1-0 y arrancó los aplausos del público antes de marcharse lesionado. La rotura muscular que sufrió le mantuvo en el parte médico durante los dos meses siguientes. Ya no volvería a vestir la camiseta blanquiazul hasta el primer partido de 2017. Fue en Tarragona y, tanto esa jornada como las tres siguientes, partiendo desde el banquillo.

Recuperaría la titularidad contra el Elche, pero aún necesitaría otras tres semanas para marcar su tercer gol en el Campeonato. Fue ante el Córdoba. Con mejor ritmo de competición, Martí le devolvió la titularidad ante el Elche (4 de febrero). Su nuevo rol, parecido al del final del curso pasado con Nano como compañía, era cubrir la espalda de Amath.

El atacante hondureño aceptó sin rechistar, aunque el protagonismo goleador descansaba más en el senegalés. Su cuarta diana llegaría un mes más tarde en Getafe, pero por la cabeza de su entrenador rondaba la idea de prescindir de él. Su ausencia en Cádiz (estaba con la selección) avaló esa idea, ocupando su puesto Aitor Sanz. Fue en Vallecas, donde ni siquiera entró en la lista de convocados, cuando Choco perdió el sitio. La sorpresa duró otros dos encuentros. Aunque sí estuvo entre los 18, Lozano solo disfrutó de las segundas partes ante Girona y Oviedo.

A partir de ahí, regresó al once para jugar los últimos cuatro choques y marcar en tres de ellos. Han sido cuatro goles que le permiten alcanzar los ocho en total, dos menos que en todo el curso pasado y con otras cuatro jornadas (y puede que el "playoff") por delante para mejorar ese registro de la 15-16. Coincide este buen momento con su retorno a la posición de "nueve" en el once blanquiazul. Incluso en Soria, donde todavía jugó Amath, su gol llegó cuando el senegalés había sido desplazado a la banda por Martí. Contra el Lugo marcó el tanto de la victoria actuando en esa demarcación, algo que repitió el pasado fin de semana en tierras oscenses.

Allí fue una pesadilla para la zaga rival. "Fue alivio", dijo Samu Sáiz en alusión a su sustitución en el minuto 58. Unas molestias musculares que no deberían impedirle jugar el sábado contra el Levante tuvieron la culpa de que el conjunto local empezara a respirar. "Lozano nos ha matado en la primera parte con dos goles y creando otras ocasiones que ellos no han convertido", explicaba el presidente Agustín Lasaosa. El mejor Choco está de vuelta.