Sin dobleces ni escapatorias, en la previa del partido, el técnico del Umana Reyer Venezia reconoció, en EL DÍA, que si pudiera hacer "desaparecer" a un jugador del CB Canarias, ese tenía nombre y apellido: Aaron Doornekamp.

No estaba mal tirada: el canadiense es el jugador más valorado del Iberostar Tenerife en este curso. Y ayer fue el autor de 11 puntos, con un buen acierto desde el perímetro -60%, con un tres de cinco-.

Sin embargo, siempre tapado, quizás por su suplencia, aunque sea de los jugadores que más jueguen, Tim Abromaitis emergió para someter a sus rivales transalpinos.

El americano realizó un partido descomunal: el mejor desde que viste la aurinegra hace casi dos años. Alcanzó los 28 créditos de valoración, superando los 27 y 26 obtenidos este mismo curso, en la competición de la que ya es finalista, frente al serbio Mega Leks y la croata Cibona de Zagreb.

Abromaitis embocó un total de 19 puntos. Eso sí, el éxtasis llegó en el segundo cuarto, donde anotó 15 de ellos. En ese segundo tramo del choque, el Iberostar hizo 24 para darle la vuelta al choque y garantizarse su primera ventaja al descanso (40-34). Casi perfecto, hizo siete de nueve en tiros de campo, a los que hay que sumar el impoluto uno de uno desde el tiro libre.

Pero no solo de anotación vivió dorsal 21 de los laguneros. Sus manos cogieron buena parte de las capturas de la escuadra. Con nueve -cinco defensivos y cuatro ofensivos- igualó su mejor número con la camiseta aurinegra. Dos asistencias, dos robos y un más menos de 16 -también el mejor de todos- completaron una actuación que se revela como sumamente portentosa.

"Quizás sea el partido más importante que he jugado en Europa. Estoy muy contento de haber alcanzado esta meta y de poder jugar la final. Mañana tenemos que hacer un partido similar", apuntó el propio Abromaitis al acabar el histórico choque.

La hueste de Txus Vidorreta quiso hacer un aparte para con el segundo cuarto. "Mis compañeros me pudieron encontrar cuando estaba abierto y pude tener el acierto para anotar".

Del mismo modo, Abromaitis vio a un Canarias más suelto que en los últimos enfrentamientos disputados, aunque los porcentajes de tres no fueran destacables. "Necesitábamos compartir el balón como lo hicimos".

Acerca de la final, piensa que la mayor rotación del Canarias con respecto al Banvit puede resultar "clave. Tenemos 12 jugadores que pueden ayudar siempre".

Rodrigo San Miguel: "No queremos despertar"

El base aseveró que llegar a la final es "un sueño. Nadie hubiera apostado por esto al comienzo. No queremos despertar hasta que tengamos la copa en nuestras manos". Afirmó que quizás el equipo empezó el partido "un poquito nervioso, pero luego hemos arrancado y nuestra defensa ha empezado a funcionar".

Grigonis: "Jugamos en casa y tenemos que ganar"

"Estamos en la final, como queríamos. Jugamos en casa y tenemos que ganar", manifestó un Marius Grigonis que admitió haber estado mejor que en los últimos partidos. "Es la Final Four y quería estar más agresivo", declaró el lituano.