Carlos Ruiz llevaba cinco jornadas consecutivas sin participar ni un minuto en la Liga cuando regresó a una alineación titular el pasado sábado, coincidiendo con el partido ante el Almería. Volvió para ocupar un puesto en el que apenas llegó a jugar durante su trayectoria de cuatro años y medio en el Tenerife, el de mediocentro. En realidad, el granadino es un centrocampista convertido en central.

¿Es correcto decir que el pasado sábado volvió a sus orígenes?

Había jugado de mediocentro siempre desde pequeño. En mi primer año en la Ponferradina, en Segunda B, lo hice ahí toda la temporada, pero en el "play off" Claudio Barragán decidió ponerme de central y me mantuvo. Luego, en la siguiente Liga, ya en Segunda A, hice la pretemporada como mediocentro, pero en el primer partido Claudio me situó de nuevo en la defensa y completé ahí esa campaña. Luego vine al Tenerife como defensa.

Quique Medina le echó el ojo en la promoción de ascenso a Segunda A de 2012 jugando de central.

Sí. Cuando vine al Tenerife, llevaba un año jugando como defensa. La de mediocentro es una posición que conozco y, aunque llevaba tiempo sin hacerlo ahí, me sentí cómodo. Además, los compañeros me ayudaron mucho.

¿Trató de no complicarse?

Cuando jugaba ahí, ya era de ese perfil, el de un recuperador de balones. Me hubiera gustado llegar al área, porque solía hacerlo en mi etapa anterior en esa demarcación. Pero ante el Almería decidí mantener la posición, porque era lo que necesitaba el equipo.

¿Se sentía raro sin jugar?

No. Uno tiene que asumir las cosas como vienen. Mi último partido fue contra el Nástic. Me sacaron la quinta amarilla y creo que estaba haciendo un buen papel hasta entonces. Llegó la sanción, entró Germán, hizo un partidazo ante el Zaragoza y marcó el gol del triunfo. Tanto él como Jorge dieron un nivel altísimo. Lo único que me quedaba era seguir trabajando, estar preparado para cuando llegara una oportunidad.

¿Le compensa saber que no dejó de jugar por bajo rendimiento?

En esta temporada me encontré muy bien en los partidos que jugué, pero tenemos que saber que somos 23 compañeros y que todos queremos ser titulares y solo lo hacen once. Cuando a uno no le toca salir de inicio, lo que tiene que hacer es ayudar desde fuera.

¿Haría lo mismo si fuera Martí?

Entiendo perfectamente la posición del míster. El equipo está ahora en un momento muy bueno. Cuantas menos piezas se toquen, mejor. Debemos seguir centrados y saber que la Liga es muy larga y que habrá opciones para todos.

Para Mallorca vuelve Alberto. ¿Qué intuición tiene? ¿Jugará?

No sé qué hará el míster. Me dedico a entrenar y estar preparado. Si me llega la oportunidad de volver a jugar, estaré listo. Si no, debo estarlo igualmente para salir desde el banquillo. No pienso en si voy a jugar o no, sino en estar en las mejores condiciones.

En cualquier caso, ¿está disfrutando de esta temporada?

Muchísimo. El Tenerife transmite una confianza tremenda. Somos un equipo muy sólido. En otras temporadas quizás pecamos de no serlo y ahora, por fin, estamos consiguiendo unos números buenísimos en cuanto a goles encajados. Esa es una de las premisas para estar arriba. Luego, en ataque tenemos gente muy desequilibrante. En cada jornada se nota que los rivales nos tienen mucho respeto, y eso dice bastante de lo que está haciendo esta plantilla.

Y si no aparecen esos jugadores desequilibrantes, llega alguien como Raúl Cámara y marca.

Eso es. El buen momento del equipo es fruto del buen momento de cada jugador. Ojalá sigamos en esa línea el máximo tiempo posible. Sabemos que tarde o temprano llegarán momentos más complicados y tenemos que estar preparados para ello. Pero esta plantilla tiene muchísima experiencia.

¿Cómo explicaría el origen de la solidez de la que habla?

Una de las principales características que nos definen es la intensidad defensiva que tenemos. Desde los de arriba hasta la línea de atrás, todos trabajan a una intensidad muy alta. Cuando perdemos el balón, somos capaces de cambiar enseguida el chip para poder presionar, y eso luego hace que los rivales lleguen más desgastados al área y no tengan tanta claridad. Además, somos un equipo que ajusta muy bien las líneas, que no concede muchos espacios entre el medio del campo y la defensa, y eso hace que a los rivales les cueste más llegar a nuestra portería. Y cuando llegan, ahí está Dani, que está a un nivel tremendo.

¿Hay algún riesgo de que esa intensidad acabe pasando factura?

No creo. Trabajamos para desarrollar esa intensidad durante 90 minutos, y no veo que el equipo esté cansado ni creo que se vaya a notar en la recta final. El trabajo diario está dando sus frutos y tenemos que seguir por ahí. No hay que imponerse la presión de llegar arriba lo antes posible, sino seguir paso a paso y mirar al siguiente rival.

¿Cómo imagina la reacción del Tenerife cuando pierda?

Este equipo ha estado en situaciones muy complicadas y hemos sido capaces de cambiarlas. Y si perdemos algún partido, ni bajaremos los brazos ni entraremos en una mala dinámica. Sabemos que es difícil ganar y que tarde o temprano llegará una derrota. Y tenemos que estar preparados.

Entonces, ¿la garantía está en el vestuario?

Es que tenemos gente con muchísima experiencia mezclada con otros más jóvenes que también han vivido en el Tenerife situaciones difíciles que, por suerte, supimos sacar adelante. Estamos preparados para lo que venga, tanto bueno como malo. En ese aspecto, el aficionado puede estar tranquilo. En el vestuario hay compromiso y sabemos que si llega una derrota, no nos vendremos abajo.

¿Le parece que está abierta la lucha por el ascenso directo?

Nunca se sabe. Tendremos que seguir partido a partido. Si enlazamos dos victorias y falla el Girona, seguramente nos veremos cerca y hablaremos de eso. Y todo lo contrario: si perdemos dos partidos, nos veremos atrás y, a lo mejor, incluso nos plantearemos si podremos llegar al "play off". Tenemos que olvidarnos de esas cosas y seguir partido a partido. Luego, al final de la temporada veremos hasta dónde somos capaces de llegar. Lo que sí tengo claro es que somos muy ambiciosos y que no vamos a renunciar a nada.

Ha vivido la trayectoria del Tenerife desde su regreso a la Segunda A. En su primera temporada en el equipo, también tuvo cerca la posibilidad de luchar por subir. ¿Encuentra ahora más argumentos para creer en el éxito?

Queda muchísima Liga por delante y tenemos que ir con pies de plomo. Una vez más, hablamos de la igualdad de la categoría y de lo difícil que es, pero es verdad que este Tenerife es muy sólido y que está teniendo números de aspirante a estar arriba. Hay que seguir así.

¿Qué presentimiento tiene ante la visita al Real Mallorca?

En las últimas visitas no logramos sumar, pero los partidos fueron bastante igualados. Se decidieron por pequeños detalles. Será un rival muy intenso. Tiene jugadores muy peligrosos y desequilibrantes en ataque. Se mezclan con Lekic, que es diferente y que genera mucho peligro con un juego más directo. Tendremos que estar atentos y sacar nuestras armas.

Acaba contrato en junio. ¿Qué opciones existen de que se asegure su continuidad en el club?

No tengo firmado nada por partidos jugados. Pero todavía es pronto. Tanto si puedo renovar como si me llegan ofertas de fuera, a todos nos va a beneficiar que el Tenerife quede lo más arriba posible. Estoy centrado en eso.

¿Le gustaría seguir?

Esta es mi cuarta temporada en el Tenerife y estoy muy bien en la Isla. Cada vez me siento más identificado con el club, pero sé que tengo que estar tranquilo. Cuando tenga que llegar, llegará.