Cristo González y Jorge Sáenz de Miera no están cerca de ampliar sus contratos con el CD Tenerife después de meses de negociaciones con sus representantes. La marcha de las conversaciones se ha ralentizado por diferentes circunstancias y en el club empiezan a plantearse si la otra parte muestra o no la misma predisposición a hallar un punto de encuentro y permitir que los canteranos se centren exclusivamente en su labor sobre el terreno de juego.

El enfado de la entidad quedó plasmado en las palabras de Miguel Concepción en su comparecencia del pasado martes. "A nuestra cantera le damos mucho cariño, pero lo triste muchas veces es que cuando de verdad te pueden aportar quieren irse a otro club mayor. Hacemos lo que está en nuestra mano para que se queden, pero a veces los chicos no quieren y hay un enjambre de representantes que les lavan la cabeza", dijo el presidente. Sin concretar el destinatario, la contundencia del mensaje sonó a advertencia. En la entidad blanquiazul empiezan a hartarse.

Se refería especialmente al caso de Cristo. Ausente de las alineaciones desde hace tres semanas y sin minutos en esos encuentros, resulta extraño comprobar que jugando o sin jugar no hay avances en unas conversaciones que se iniciaron en septiembre de 2016. El Tenerife intentó que el atacante firmara un contrato que le permitiera tener número entre los profesionales desde agosto. Amparándose en la premura de tiempo, esa propuesta fue rechazada. La cláusula de rescisión (8 millones) tampoco facilitaba el acuerdo y, a día de hoy, sigue estando en el centro de la discusión.

De hecho, recientemente llegó a las oficinas del club una contrapropuesta de sus agentes que, aunque se está estudiando con detenimiento, se aleja mucho de las posibilidades reales del Tenerife. Los representantes proponen una cláusula de rescisión escalonada y que crecería de forma progresiva en función de determinadas condiciones. La fórmula, que requiere una explicación, no convence a primera vista. Víctor Pérez Borrego y Alfonso Serrano, director general y secretario técnico, son más partidarios de fijar una cantidad concreta.

Además, el salario solicitado excede en mucho del habitual para los componentes de la plantilla que "escalan" a las condición de profesionales. No obstante, se considera más factible el acuerdo en esta faceta que en la anterior. No sería un problema la duración, puesto que el Tenerife suele ofrecer a sus futbolistas más jóvenes contratos de tres o cuatro campañas, algo a lo que no se opondría Cristo González.

Pero la gran preocupación tiene que ver con la excesiva duración de la negociación. El precedente de Omar Perdomo, con el que se acabó llegando a un acuerdo, sigue en la memoria de los que llevaron aquellas conversaciones. El jugador grancanario llegó a reconocer que le estaba afectando el asunto. Felizmente, aquello está olvidado y ahora no solo está centrado sino que se ha hecho con un puesto como titular.

Mientras, el principal perjudicado es el propio Cristo. Cobra como un jugador de las categorías inferiores (aunque con variables en función de convocatorias y minutos), por lo que se podría decir que está perdiendo dinero al retrasarse el acuerdo.

Jorge Sáenz cambió a Bahía por René Ramos

El caso de Jorge Sáenz de Miera cuenta con un elemento distinto al de Cristo González, puesto que el central ha cambiado de representante recientemente. La agencia Bahía, con Gustavo Cañizares a la cabeza de las negociaciones, avanzó en los primeros meses de la temporada en busca de un acuerdo para ampliar el contrato del zaguero blanquiazul. En esos momentos no era titular, lo que ralentizó las conversaciones. En el entorno del futbolista se llegaron a plantear si convenía renovar viendo que no entraba en los planes de José Luis Martí. Su situación ha cambiado en este aspecto, pero justo en ese momento se produjo también el relevo en la gestión del futuro de Jorge. La empresa de René Ramos (RR-Soccer Management Agency), que es hermano del madridista Sergio Ramos, es la encargada de pilotar ahora esas conversaciones. Esto ha provocado que todo vuelva al punto cero. No obstante, en el Tenerife hay confianza en que el acuerdo sea más rápido incluso que en el caso de Cristo dado que la predisposición parece mejor.