Ricardo León recibió ayer un homenaje tras su último partido como futbolista del Tenerife en el Heliodoro. Después de ocho temporadas y media (subió del filial en enero de 2006) en el primer equipo blanquiazul, 234 encuentros de Liga (es el noveno de la clasificación histórica, empatado con Julio Llorente) y siete de Copa, diez derbis (el que más tiene), ocho goles y un ascenso a Primera, el centrocampista, de 33 años, pone fin a su relación laboral con el Tenerife, que no le ofrecerá la ampliación de la duración de un contrato que se extinguirá en junio.

El realejero fue titular en la cita con la Ponferradina y salió del campo en el minuto 66, momento en el que los más de 8.000 espectadores que asistieron al Rodríguez López le brindaron una ovación que tuvo continuidad cuando acabó el encuentro, pues el Tenerife organizó para ese momento una despedida en la que Ricardo volvió al césped acompañado por casi todos los integrantes de la plantilla y por tres clásicos del tinerfeñismo, Alberto Molina, Toño y Cristo Marrero. Luego ofreció una rueda de prensa junto a Miguel Concepción. No faltaron sus compañeros, los técnicos y muchos dirigentes y empleados del club insular.

El presidente destacó la "lealtad" y la "entrega" de León, quien, entre otras cosas, "condonó una cantidad importante" cuando el Tenerife bajó a Segunda B en 2011.

Ricardo desveló que tanto Martí como Alfonso Serrano le confirmaron el sábado que no entraba en sus planes con vistas al próximo curso. "El sábado conversé con ellos. Quería tener claro si iba a ser mi último partido para poder tomar decisiones y ver qué podré hacer", dijo el mediocentro, que no descartó prolongar su trayectoria en otro club. De momento, pone fin a "una carrera soñada" en el Tenerife, con "recuerdos buenos y malos y el orgullo de haber pertenecido" al club.