Pocas veces se ven entrenamientos como el de ayer en la Ciudad Deportiva Javier Pérez. No es que los jugadores del CD Tenerife no se empleen con intensidad cada día, sino que hay ocasiones en las que el ambiente se va caldeando hasta que se llega al límite. Después de un primer tramo físico y técnico, José Luis Martí ordenó realizar varios ejercicios que culminaron con un partidillo en el que sus futbolistas demostraron las ganas que tienen de ser titulares y cambiar la tendencia de las tres últimas jornadas. Lo hicieron, eso sí, después de que su jefe les corrigiera pidiendo intensidad en la presión. Y le hicieron caso.

Poco a poco, llegaron los golpes en algunos choques que recibieron Aurtenetxe, Aitor Sanz, Vitolo o Jairo Izquierdo. También las entradas: de Aitor Sanz a Javi Lara, de Jorge a Nano y, sobre todo, la de Raúl Cámara a Cristo González. El lateral andaba algo caliente por un mal gesto del joven delantero minutos antes. Pelearon por un balón y cuando la acción ya se encaminaba a otro lugar del campo, el canterano se quitó de encima de mala manera a su compañero. Fue un calentón por haber perdido la acción que no debió tener. Y más teniendo en cuenta que se trataba de un veterano.

Raúl, especialmente motivado para recuperar su sitio en el once, se empleó con fuerza ante otros jugadores. Pero sin consecuencias ni mala intención. Hasta que volvió a cruzarse con Cristo. Ahí realizó una dura entrada al tobillo derecho, que propició la retirada del afectado durante algunos minutos entre aparatosas muestras de dolor. El madrileño intentó disculparse en el momento, pero el de Añaza andaba demasiado enfadado. Como pudo, se reintegró al trabajo en las acciones finales del partidillo.

Martí, con buen criterio, dio por finalizada la intensa sesión mientras dialogaba con el médico Juan José Valencia para saber si la lesión era importante o un simple golpe. No hay síntomas de mal ambiente ni nada que se le parezca. No fue un día distinto. Solo un entrenamiento que se tomaron muy en serio y en el que terminaron saltando chispas.