El alemán Nico Rosberg ganó el Gran Premio de Abu Dabi, la última carrera del Mundial de Fórmula Uno, que hacía tres carreras se había anotado matemáticamente su compañero inglés Lewis Hamilton, al que relegó al segundo puesto, arrebatándole el broche de oro en el cierre del segundo año triunfal de Mercedes. Rosberg, de nuevo subcampeón, salió primero en Yas Marina en una carrera en la que Mercedes cerró de forma brillante su segundo año triunfal, con dos nuevos récords, al firmar su duodécimo "doblete" del año y acabar el Mundial de constructores -que ya había revalidado en octubre el Gran Premio de Rusia- con 703 puntos, dos más que la temporada pasada y sin la controvertida regla de puntuación doble en la última carrera.

Hamilton, de 30 años, ya había festejado su tercera corona el pasado 25 de octubre en Austin (Texas), tras ganar el Gran Premio de Estados Unidos, que supuso su décima victoria del año. Pero desde entonces, todas las victorias las ha capturado Rosberg, que firmó en Abu Dabi su decimocuarto éxito en F1. Y de paso le aguó la fiesta final a su colega y gran rival, que quería lograr en Yas Marina, donde el año pasado festejó su segundo título, su victoria 44, el número que lleva en su coche, coincidiendo, además, con el cuadragésimo cuarto aniversario de los Emiratos Árabes Unidos.

Hamilton se conformó el suculento botín de acabar el año como tricampeón y con la tercera marca histórica de victorias, que solo superan el cuádruple campeón mundial francés Alain Prost (con 51) y el estratosférico Michael Schumacher, que ganó 91 carreras y siete mundiales para Alemania. Y con firmar la vuelta rápida -la 44, precisamente- en una carrera que arrancó de día y concluyó con luz artificial en las modernas instalaciones de Yas Marina. En la que el finlandés Kimi Raikkonen (Ferrari) fue tercero y capturó el cuarto puesto en el campeonato, lo único que estaba en juego, en detrimento de Bottas (Williams), cuyo equipo la pifió por completo en su primer "pit stop".

Carlos Sainz (Toro Rosso) acabó con nota alta una temporada en la que solo los fallos estratégicos y la falta de fiabilidad evitaron que acabase más adelante. El debutante madrileño fue undécimo y no puntuó, pero acabó la última carrera por delante de su compañero holandés Max Verstappen.

Tras usar doce motores -ocho más de lo permitido- y con ocho abandonos, Alonso completó su "annus horribilis", en su regreso a la escudería que preside Ron Dennis, con un decimoséptimo puesto en Abu Dabi. Un año para olvidar.