Solo desde la magia del fútbol, esa variable que no se puede manejar y que hace que este deporte tenga tantos seguidores en el mundo se puede explicar lo sucedido anoche en la Nova Creu Alta de Sabadell. Con la soga al cuello, el Tenerife logró una victoria que le hace rozar la salvación después de ocho jornadas de sequía y de tres días de depresión generalizada y miedo entre la afición blanquiazul. Fue esta vez un equipo atrevido, no tanto por su decidida apuesta ofensiva como por la presión y la agresividad demostrada; fue un equipo efectivo porque marcó en sus tres primeros acercamientos; y hasta con suerte porque un rebote en un defensa le abrió el camino del 0-3 justo antes del descanso. Para completar un guion que dejó boquiabiertos a los seguidores insulares, marcó Carlos Ruiz el primer gol de un central en 39 jornadas de competición. Y Suso, que en 38 encuentros había anotado dos, hizo otros tantos en una sola noche. A los de Raúl Agné les salió todo a pedir de boca. En las celebraciones se vio lo que había sufrido el grupo, que logró dar la vuelta como un calcetín a todos los sinsabores del año. De disponer de un sinfín de ocasiones ante Lugo, Llagostera o Alcorcón y no convertir ninguna, a embocarlas todas. De una actitud impropia de una final en Santander a la mejor del año. Demostración de hambre y compromiso durante la primera parte del choque. Suficiente para lograr el segundo éxito lejos del Heliodoro del curso 14-15. Casualmente fue entre semana, como aquel lunes 2 de noviembre en Zaragoza. La cábala, que dicen. Fue la noche en la que Agné dejó los experimentos en el once titular. Aparte del cambio habitual en la banda izquierda del centro del campo, le tocó a Cristo Martín en esta ocasión, solo eligió cambiar su delantera. Volvió Ifrán, fuera de la convocatoria ante el Alcorcón por decisión técnica, y se cayó del once y de los 18 elegidos Abdón Prats. La puesta en escena resultó primorosa. El Sabadell, en cambio, se vio superado. A los 12 minutos ya perdía 0-1. Fue un gesto de calidad del delantero uruguayo, que recogió el rechazo de la falta que había lanzado, entró por la parte derecha del área y la puso donde hace daño. El despeje local acabó en la cabeza de Carlos Ruiz. Lo venía buscando el granadino desde hace muchas jornadas. No tardó en llegar el segundo. Otra acción que inició Ifrán, pasó por Cristo Martín y completó Suso Santana exhibiendo la puntería que habitualmente le falta (21''). Lo celebró con rabia el capitán, el hombre que ha tirado del Tenerife en ataque durante todo el año. Pero más aún cuando logró el tercero. Llegó al borde del descanso para sepultar las esperanzas arlequinadas (42''). Las sonrisas de oreja a oreja se reflejaban en las caras de todos los futbolistas insulares. También sonreía el cuerpo técnico, que parecía bloqueado hace jornadas, y acertó en todo este curso. Incluso cuando el Sabadell fue capaz de encontrar la manera de tener sus opciones de acortar distancias en la segunda mitad. Juan Carlos Mandiá, paralizado hasta ese punto, se saltó el centro del campo. La entrada de Benja para formar pareja con Aníbal fue un declaración de intenciones. Juego directo y problemas para los centrales, que estuvieron mano a mano, hasta que el técnico visitante les prestó auxilio con Jorge Sáenz. En algún contragolpe pudo ampliar Suso la ventaja (53''), pero la realidad es que el Tenerife ya salió mucho menos. Solo Ifrán (82'') volvió a intentarlo y desde fuera del área. La realidad es que, ya sea por la ventaja en el marcador o por el cansancio, el encuentro giró hacia el área tinerfeña. Emergió entonces la figura de Dani Hernández, que sacó dos goles hechos ante Aníbal Zurdo (59'' y 63''). A continuación, fue Benja el que cabeceó alto un centro de Clerc. Fue precisamente el exjugador de la UD Las Palmas el que logró perforar la portería visitante. A la media vuelta y a quemarropa. Imposible para el internacional por Venezuela (83''). Mandiá y un sector de la afición quiso tirar del equipo catalán, pero la realidad pesaba demasiado. Dos goles en el tiempo que quedaba y con el Tenerife enfriando el asunto era misión imposible. El Sabadell casi dice adiós a sus opciones. La permanencia ya se roza en la Isla.