Miguel Concepción madura desde anoche la posibilidad de destituir al entrenador, Álvaro Cervera, después de que el público asistente al encuentro, a coro, pidiese la cabeza del técnico y la marcha del propio presidente.

El clima en el Rodríguez López se hizo irrespirable anoche en el tramo final del partido, con el 0-1 el marcador y ante las muestras de impotencia del equipo en su intento de empatar el partido.

Concepción ha sido hasta ahora esclavo de sus palabras, defendió con firmeza en su día la permanencia de Cervera hasta el final de su contrato, que expira el 30 de junio de 2018, pero en los últimos meses el deterioro de la situación deportiva, el fracaso de la mayoría de fichajes del pasado verano y la presión del entorno debilitaron la fortaleza que el entrenador tenía en el consejo de administración blanquiazul, hasta llegar a lo que parece una situación límite, estos dos partidos en los que el Tenerife, como local, solo ha sumado un punto y no ha conseguido marcar ningún gol. El presidente, que escuchó impasible en el palco el cántico de los más de seis mil aficionados que fueron ayer al Heliodoro (¡Concepción, dimisión!), está decidido a tomar medidas importantes para cambiar el rumbo del equipo, que podría entrar esta tarde en la zona de descenso, dependiendo del resto de resultados que se produzcan.

No es descartable que estas decisiones afecten al director deportivo, Alfonso Serrano, pero la más posible es la salida del entrenador, con la idea de provocar un revulsivo ya en la jornada del sábado en el Carlos Belmonte ante el colista Albacete. Serrano sería el indicado para aconsejar quién debería ser el sustituto.