La reválida del título de Liga se le había puesto muy cuesta arriba a un Barça que a base de sumar errores contra equipos de la parte baja, parecía descolgado definitivamente, aunque ha encontrado en los tropiezos de sus rivales la ocasión de reengancharse a las mínimas opciones que aún tiene.

Para muchos culés la indolencia de los suyos ha rayado lo incomprensible, puesto que la pérdida paulatina de competitividad se ha producido precisamente contra rivales de la parte baja, los que luchan por la supervivencia, que han encontrado en la flojera de los barcelonistas una buena ocasión para llevarse los puntos.

Primero fue el Valladolid, colista de la Liga entonces, que le derrotó por 1-0, igual que obtuvo un apurado Granada semanas después.

La guinda fue el sábado, cuando el equipo azulgrana no tuvo la consistencia defensiva que necesitaba para defender el 2-1, y se le escaparon en el minuto 92 dos puntos ante el Getafe que, después de lo ocurrido el domingo con el Madrid y Atlético, aún parece una pérdida más dolorosa si cabe.

Antes de esta jornada, las posibilidades del Barça sólo pasaban por un doble tropiezo del Madrid y del Atlético, unido todo ello a que los barcelonistas no pinchasen. Cedido el empate contra el Getafe, el Atlético cedió contra el Levante (2-0) y el Madrid se agarró a una genialidad de Ronaldo en el 92 para empatar contra el Valencia (2-2).

En cierta forma, se estaba reproduciendo los hechos del 2007, cuando en el minuto 90 de partido y casi al alimón Van Nistelrooy empataba contra el Zaragoza (2-2) y Tamudo hacía lo propio en el Camp Nou con el Espanyol (2-2), un doble resultado que dejaba el título de Liga en bandeja para el Madrid a falta de una jornada.

En la presente Liga, no obstante, además de Barça y Madrid ha entrado en escena un tercer actor, el más importante de todos ellos, pues sigue dependiendo sólo de él el título de Liga; cuatro puntos, una victoria y un empate, y la Liga será colchonera.

Antes de que ello pueda acontecer, a la Liga aún le quedan dos jornadas (tres el Madrid por un partido que tiene aplazado contra el Valladolid), en las que el torneo parece haberle concedido al Barça una última posibilidad, tanto buena -la de poder ganar la Liga- como otra envenenada -que no la gane y se la pueda poner en bandeja al Real Madrid-.

Esta última situación es la que más angustia a un sector del barcelonismo, que vive desesperado por cómo su equipo ha sido capaz de perder una Liga que tenía bien encarada antes de la precipitación de errores que empezaron en el campo del Valladolid, aunque ya marcaron una tendencia en la salida anterior contra la Real Sociedad (3-1).

En el vestuario barcelonista la Liga ya estaba olvidada el sábado tras el 2-2 contra el Getafe, dado el mensaje enviado tanto por el entrenador, Gerardo Martino, como el capitán en funciones, Xavi Hernández, quienes se explayaron con un discurso derrotista y dando por liquidado el campeonato.

Pero llegaron los resultados del domingo y la Liga parece haber otorgado una nueva oportunidad a un Barça que no parecía dispuesto a lucharla.

De entrada, el domingo que viene tendrá a un Elche en la misma disyuntiva que los equipos de la parte baja que ya han derrotado a los azulgrana: necesita los puntos para eludir el descenso. De darse los resultados más razonables, dado el potencial de Barça, Atlético y Madrid, frente a Elche, Málaga y Celta, respectivamente, en la última jornada los del Tata Martino deberán afrontar un compromiso imprevisible; jugarse la Liga contra el Atlético.

Ahora bien, de ganarle el Barça al Atlético, algo que ha sido incapaz de hacerle este años en las anteriores cinco veces que se han medido, quizá la victoria tenga una recompensa inesperada, pues no sólo no sirva para alcanzar el título, sino para brindárselo al Madrid.

Antes de que este escenario tan inusual acontezca en la última jornada de Liga, el Barça deberá acreditar esta semana en el campo del Elche, actualmente a cuatro puntos del descenso, si es merecedor de la oportunidad que le ha brindado la Liga de luchar por ella y revalidar el título que con 100 puntos se llevó el año pasado el grupo que dirigió el malogrado Francesc ''Tito'' Vilanova, fallecido hace dos viernes a la edad de 45 años.