El Borussia Dortmumd, rival del Real Madrid en cuartos de final de la Liga de Campeones, se encuentra actualmente en un proceso de transición el que está buscando reinventarse tras tres años maravillosos que lo llevaron estar cerca de lo más alto del firmamento futbolístico europeo.

Probablemente, el momento más alto de la era del entrenador Jürgen Klopp en el Dortmund ha sido la semifinal de la Liga de Campeones de la temporada pasada ante el Real Madrid cuando, contra todo pronóstico, dejó en la cuneta al equipo blanco.

Ante todo, el 4-1 de la ida en el Signal Iduna Park, con cuatro goles del polaco Robert Lewandowski, ha quedado en la memoria de los seguidores de los dos equipos, en los unos como un sueño y en los otros como una pesadilla macabra.

Sin embargo, en el momento que apeó al Madrid de la ''Champions'', para luego caer apretadamente en la final ante el Bayern, en el Dortmund ya había mucho que apuntaba hacia al final de una época maravillosa.

Para muchos, esa extraordinaria temporada europea era algo así como el canto de cisne de un equipo que en las dos temporadas anteriores lo había logrado todo en Alemania, convirtiéndose en una pesadilla para el Bayern que había perdido ante los de Klopp cinco partidos de cinco, incluyendo una goleada por 5-2 en la final de la Liga de Alemania.

En el momento en el que el Dortmund derrotó al Madrid, el Bayern ya había logrado romper lo que para muchos amenazaba con convertirse en una hegemonía. Además, los bávaros habían dado un golpe de autoridad en el mercado de fichajes, al hacerse a los servicios de Mario Götze, que había sido uno de los rostros del Dortmund en la las temporadas en las que acaparaba los títulos nacionales.

En la Bundesliga la ventaja del Bayern de Jupp Heynckes sobre el Dortmund estaba en los mismos niveles de los más de 20 puntos que le lleva actualmente el Bayern de Pep Guardiola.

El equipo había perdido la fórmula para enfrentar con éxitos a rivales que sobre el papel eran de menor entidad. Para muchos, al Dortmund le pesaba sencillamente demasiado el favoritismo. Para otros, el problema era de motivación de una plantilla muy joven que había ganado todo lo que se podía ganar en Alemania.

En Europa el panorama era distinto pues se trataba de un escenario en el que el Dortmund de Klopp tenía los deberes sin hacer. Y los hizo. Sólo perdió dos partidos en la temporada europea, la vuelta en la semifinal contra el Real Madrid y la final contra el Bayern.

Todo ello, la primera Bundesliga, el doblete de la temporada siguiente y la llegada a la final de la Liga de Campeones, han hecho que las expectativas aumenten, aunque el equipo pierda la frescura y el descaro de temporadas anteriores.

A ello se han sumado lesiones, el central Neven Subotic y el centrocampista Ilkay Gundogan se han perdido prácticamente toda la temporada y actualmente Marcel Schmelzer está también fuera de combate.

Lewandowski todavía pero no estará, por sanción, en la ida contra el Real Madrid y se supo desde el comienzo que sería su última temporada en Dortmund puesto que el Bayern ya lo ha fichado.

Todo eso hace que el Dortmund mire de momento con cierto nerviosismo hacia el futuro y que el juego que muestre, a diferencia de lo que ocurría hace doce meses, no sea ya un producto terminado sino una especie de proyecto.

Cuando Klopp llegó, tardó dos años en formar el equipo que ganaría dos años seguidos la Bundesliga, la segunda con doblete, y que llegaría a la final de la Liga de Campeones.

Ahora las expectativas que existen hace que no tenga tanto tiempo como entonces. Tiene que inventar algo pronto. Ante el Madrid, sin embargo, saldrá con la ventaja de no ser favorito lo que lo devuelve un poco a los orígenes en los que la fuerza del Dortmund estaba en ganar partidos contra todo pronóstico.

Eso último piensan los seguidores más optimistas. Los más pesimistas temen estar ante un fin de ciclo que puede sellarse en el Santiago Bernabéu. Esta vez, dicen, el Madrid no va a subestimar al Dortmund y sin duda lo dará todo pues a muchos jugadores todavía debe dolerles la herida de la campaña pasada.