El pleito insular estaba más vivo que nunca hace un cuarto de siglo. Todo comenzó en marzo de 1988, cuando el Cabildo de Gran Canaria aprobó por unanimidad la exigencia de "una universidad plena" en Las Palmas. Desde Tenerife se respondió con una defensa de La Laguna como sede de "una universidad regional". Azuzados por los políticos, los ciudadanos salieron a la calle. Unos 300.000 en la ciudad de Las Palmas en el mes de mayo. No se habló de otra cosa durante mucho tiempo. Ni siquiera cuando, tres días después, Las Palmas cayó (1-2) ante el Betis en el Insular y bajó a Segunda División.