El Tenerife dio un golpe casi definitivo en el Carlos Tartiere para asegurar el liderato del Grupo I de Segunda B. Su victoria, certificada con dos golazos de Luismi Loro y Alberto Jiménez, descarta al Oviedo como rival directo y le clasifica matemáticamente para el "play-off". Si lo dejamos ahí, en el resultado y la bella factura de los tantos que permitieron la remontada, nada hay que reprocharle a un equipo honrado, intenso y que tuvo la fe suficiente como rentabilizar su actuación.

La cosa se complica si entramos a analizar el método. Porque no hicieron gran cosa los blanquiazules para derrotar al conjunto que dirige José Carlos Granero, que se disparó un tiro en el pie con los cambios del inicio de la segunda parte. Y es que la anunciada vuelta a los orígenes no fue tal en el once inicial de Álvaro Cervera, que se limitó a cambiar hombre por hombre a tres de sus futbolistas. Central por central (Rigo por Tarantino); pivote por pivote (Ros por Ochoa) y mediapunta por mediapunta (Luismi Loro por Cristo Martín. Además, erre que erre, repitió con Alberto en el doble pivote a pesar de las mejorables prestaciones que había ofrecido el majorero en los encuentros anteriores.

Tampoco fue mucho más valiente la presentación del Real Oviedo. Su técnico prefirió al más defensivo Héctor Simón para reemplazar al sancionado Aitor Sanz y a Íker Alegre en lugar de Pepe Díaz. Valiente sí, pero no temerario. El inicio respondió a ese calificativo de táctico que usan los entrenadores cuando no quieren decir miedo al error. Se respetaron mucho los dos contendientes, aunque expusieron más los carbayones, quizás obligados por su condición de local. Así llegaron los primeros acercamientos al área de Aragoneses.

Casares, muy activo en el arranque, fue el primero en ensayar el disparo (6''), después de cazar un rechace a la salida de un saque de esquina. Héctor Simón fue el siguiente (8''), aprovechando una dejada de Cervero. Ambos intentos se saldaron sin grandes sobresaltos para la zaga insular. El empuje asturiano fue menguando con el paso de los minutos y, justo cuando parecía que el Tenerife había apaciguado esos ánimos, llegó el fallo. Fue de Aragoneses, nada habitual en estas lides, que despejó mal un centro de Casares desde la derecha y puso a Cervero en bandeja el remate. Sus defensas tampoco estuvieron muy despiertos a la hora de reaccionar (26'').

Ni el marcador en contra provocó la reacción de los visitantes, que seguían en ese letargo tan habitual fuera de casa. En esa espera del error adversario en la que se sumen cada 15 días. Sin fútbol en el medio, aunque ayer de nuevo con la excusa real del maltrecho césped del Tartiere, y simplificando las transiciones ofensivas, nunca dio sensación de peligro. De hecho, disparó dos veces en toda la primera parte. Ninguna entre los tres palos.

Pero a Cervera le gustaba lo que veía, tal y como reconoció luego en rueda de prensa. Se limitó a situar a Luismi en la derecha y centrar a Ayoze, reproduciendo el plan de semanas anteriores con Aridane en la mediapunta. Por eso, no vio la necesidad de hacer cambios ni en el tiempo de descanso ni en el inicio de la segunda parte. Más de un aficionado del Oviedo pensará que a su equipo le hubiera ido mejor si Granero copia la táctica del preparador tinerfeñista. Pero no. En apenas siete minutos del segundo acto se retrató. Quitó a Casares y Busto para dar entrada a Señé y Cerrajería. Sus jugadores dieron un paso atrás e invitaron al Tenerife a pisar con más frecuencia el terreno de juego.

Señé puso un buen balón a Cervero, que tapó Aragoneses (58'') justo antes de que Alberto cabeceara alto un córner (61''). El partido había cambiado. Sin brillantez, el cuadro insular empezaba a empujar. Le faltaba convertir esas intenciones en ocasiones claras de gol. Pero no le hizo falta. Apareció Luismi Loro para sacar un zurdazo imparable desde la frontal del área (76'') y, dos minutos después, Orlando Quintana se quedó sin cobertura después de cometer un error en un despeje aparentemente sencillo. Alberto, desde el centro del campo, le dejó en evidencia (78''). En medio, Señé pudo igualar en una acción personal si no llega a toparse con Aragoneses.

Pero después del 1-2 se acabó lo que se daba. Se llevó tal mazazo el Oviedo, que ya no tuvo reacción para buscar el empate. De hecho, quedó a merced de su rival que hasta pudo aumentar la renta en dos acciones posteriores de Chechu (85'') y Ayoze (87''). Para entonces, ya había debate: el Tenerife no es el de principio de temporada. No brilla ni domina claramente. Pero gana, es líder y será campeón. Porque hasta cuando no lo merece del todo tiene esa suerte que otros anhelan.

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Real Oviedo: Orlando Quintana (0), David (1), Mantovani (1), Pedro Baquero (1), Álvaro (1), Iván Rubio (1), Héctor Simón (1), Casares (2), Alegre (1), Manu Busto (1) y Cervero (1). Además, Josep Señé (1) entró por Casares (52''); Cerrajería (1) por Manu Busto (55'') y Pepe Díaz (sc) por Alegre.

CD Tenerife: Sergio Aragoneses, Javi Moyano, Bruno, Rigo, Raúl Llorente, Ros, Alberto, Chechu, Luismi Loro, Ayoze Pérez y Aridane. También jugaron: Carlos Portero, que sustituyó a Chechu (85'') y Guillem Martí, que ocupó el lugar de Ayoze Pérez (90'').

Árbitro: Iker Berjano Ariztegi (1), del Comité Navarro, asistido por Ignacio Alonso López y Manuel Giménez García. Tono casero en el reparto de faltas y criterio desigual en las tarjetas. Amonestó a Héctor Simón y Pepe Díaz por los locales y Baltasar Rigo, Aridane y Luismi Loro por la escuadra visitante.

Goles: 1-0, 40 min., Cervero aprovecha un mal despeje de Sergio Aragoneses. 1-1, 76 min., Luismi Loro, de fuerte disparo a la escuadra derecha desde la frontal del área. 1-2, 78 min., Alberto, desde el círculo central, aprovecha un error de Orlando Quintana.

Incidencias: Partido de la trigésimo cuarta jornada del Campeonato de Liga en el Grupo I de la Segunda División B, disputado en el Nuevo Carlos Tartiere ante 13.730 espectadores, de los que cerca de un centenar eran insulares. Juan Amador y Quique Medina, gerente y director deportivo, representaron al Tenerife en el palco. Los visitantes lucieron su tercera indumentaria, la de color fucsia. El encuentro fue ofrecido por la Televisión Canaria.

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