Las humanidades y las ciencias no siempre estuvieron separadas. Los filósofos conseguían englobar todo el conocimiento con independencia a la rama del saber, aunque no es menos cierto que, por aquel entonces, resultaba mucho más sencillo. Todas las disciplinas que conocemos en la actualidad, en la Grecia clásica eran tan solo un germen.

Pero la búsqueda de respuestas a lo que ocurría a su alrededor, llevó a la ciencia a ser demasiado compleja y especializada, lo que motivó una separación de facto entre ella y las disciplinas humanísticas.

Esta separación, que ha llegado hasta nuestros tiempos, aunque necesaria en algún momento del sistema formativo, también ha provocado aversión de los que estudian una en contra de la otra. Una aversión que ha desembocado en la creencia de que ambas disciplinas no tienen ningún tipo de relación. En este sentido, el Festival Ciente se configura como una de esas iniciativas que trata de comprobar justamente lo contrario y acercar ambas disciplinas.

Hace ya 100 años que se verificó la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein. Un científico visionario, que sin embargo, utilizaba de manera muy frecuente algunas de las aptitudes más características de los humanistas: la creatividad.

Ricardo del Castillo, director de la compañía teatral Morfema y organizador del festival, recuerda que Einstein -como muchos otros científicos- tuvo que "imaginar" una razón u hipótesis, que explicara los fenómenos que veía.

Este novedoso festival, que se celebra desde el pasado día 15 hasta el 24 de marzo en la Orotava, quiere poner en valor estas otras características de la ciencia, de modo que pueda resultar más interesante y con el objetivo de acercar las similitudes que tiene con las ramas de conocimiento más humanistas. "Tendemos a pensar que la ciencia es ardua y de pura fórmula, cuando la realidad es que requiere de mucha imaginación y creatividad", explica del Castillo.

Durante estos días, el teatro se convertirá en una vía para aprender más sobre ciertos fenómenos científicos. Y es que, como remarca Del Castillo, "la ciencia es la base del desarrollo y hay que impedir que se vea como algo para genios". Así, divididos en tres espectáculos, se tratarán temas como "la ley de la gravedad y la teorías de Einstein", la "personalidad de los números" o "la búsqueda de soluciones científicas a las dificultades de la lluvia".

Sobre el primer tema versará Caer no es tan grave, la gran apuesta canaria para este festival de mano de Morfema que lleva un mes ensayando y cuatro fraguado la idea para el espectáculo. Le acompañarán las obras Números pares, impares e idiotas y El tiempo por las nubes. Las dos primeras ya se representaron en el teatro Teobaldo Power. La última será el 24 de marzo.

Las conferencias son la otra gran apuesta del festival, pero se alejarán mucho de la típica clase magistral al dramatizar su discurso. "Ofrecemos la posibilidad al conferenciante de utilizar el teatro como recurso para impartir contenidos", explica el organizador del evento.

La sede de la Fundación canaria Orotava de Historia de la Ciencia acogerá dos conferencias dramatizadas, una sobre cómo funciona la mente de una persona que habla uno o varios idiomas, titulada La mente bilingüe, impartida por el reconocido científico Kay González, y otra, Ciencia Invisible, por Ignacio García de la Rosa. Las charlas se realizarán los días 20 y 21 de marzo, respectivamente.

Aunque los niños son los grandes protagonistas de este festival, tal y como lo remarcó Ricardo del Castillo, el sábado será su día. El 23 de marzo, escolares y sus familiares podrán acudir al Liceo Taoro que, durante todo el día acogerá talleres de divulgación que, no solo buscan desarrollar vocaciones científicas de la próxima generación, sino también de inmiscuirles unos hábitos de vida más sostenibles con el medio ambiente.

"Siempre he tenido la espinita de la ciencia clavada"

No es la primera vez que se junta ciencia y teatro. Hace pocas semanas, durante la celebración del Día de la Niña y la Mujer en la Ciencia, la Agrupación de Teatro de Filología representó, en el Antiguo Convento de Santo Domingo, en La Laguna, una obra de teatro que trataba de visibilizar el papel de la mujer en esta disciplina y explicaba cómo han estado estas científicas vapuleadas en la profesión durante años. No por eso la apuesta de Morfema es menos importante, pues, a pesar de las iniciativas residuales, es la primera vez que ambas disciplinas se engloban en un festival. Para llegar hasta aquí el organizador del evento, Ricardo del Castillo, afirma que ha necesitado mucha ayuda y empuje, especialmente de la Fundación Canaria Orotava de Historia de la Ciencia, que han tenido un papel imprescindible para sacar adelante el festival. Insiste en que "siempre" ha tenido "la espinita de la ciencia clavada", porque pensaba que no servía para ello. El apoyo de esta organización y su propio interés fueron dos de los ingredientes clave para cocinar el proyecto, aunque afirma que había algo más. "Me llama la atención que las personas que hacen ciencia no tengan reparos para acercarse a las humanidades -por medio de libros, teatro, cine o cómics-, mientras que los que nos dedicamos a las letras tenemos problemas con lo científico porque nos parece difícil o de iniciados", afirma Del Castillo. Este compendio de motivaciones es el que ha sacado adelante el Festival Ciente, un evento que el director de Morfema espera que "siga durante muchos años más".